Restaurante Ca N'alfredo

En pleno centro de Ibiza está este restaurante familiar (varias generaciones detrás) donde podemos encontrar comida casera con producto local, con un servicio de 10. Nos gustó tanto que en una excursión de 3 días fuimos dos veces. Os recomiendo: - escabeche de saviola - variado de coca - arroz (seguro que cualquiera está bueno, nosotros probamos la paella y el arroz a banda de pescado, que iba acompañado de un Ali-oli casero espectacular) - pescado del día (lo probamos al horno con patata y verduras, riquísimo) - cordero lechal (un escándalo) - de postre: tarta de queso y hierbabuena, pudding y crema catalana (este último Siri que fue el que más éxito tuvo, pero todos estaban bien) Precio razonable, diría que incluso bien dadá la ubicación. Para repetir

Primera vez por Ibiza y decidimos ir aquí a comer para pedir platos tradicionales de la isla y sin duda no fallamos. Pedimos la brocheta con butifarra y el Bullit de Peix y todo un ESPECTÁCULO. Nos tuvimos que llevar un tupper con el arroz que nos sobró y no fue poco. TODO BUENISIMO. Nuria, la dueña, nos trató con un gusto sin igual, recomendándonos que comer, que probar y todo bajo nuestros gustos. Después nos explicó que visitar por la isla, en definitiva un acierto total. VOLVEREMOS!!!

La comida es una maravilla. Con platos típicos. El arroz buenísimo. Lo único el camarero q esta en la entrada, un mal educado y prepotente. Llegamos a las dos y media , con reserva, y paso delante de nosotros 5 veces, como si fuésemos invisibles, al sol. Cuando le dijimos q teníamos reserva, nos atendió con celeridad. Un poco de buenos modales , son necesarios. El día anterior por la noche nos ocurrió lo mismo. El resto de personal súper agradable.

Definiría la experiencia como algo muy familiar. Debido al calor, hemos comido dentro, lo cual ha tenido ventajas y alguna desventaja. El sitio por dentro, es acogedor y decorado a la antigua, pero con mucho gusto. Estar dentro, nos ha aportado una temperatura increíble en este día tan caluroso… el problema han sido las quejas reiteradas que se repetían dentro de la cocina, pero, por lo demás, los camareros y la maître han sido de lo más amables y resolutivos. En cuanto a la comida, poco que objetar, platos clásicos terminados con buena destreza. En esta ocasión, calamares de potera en su tinta y unos canelones como los de la abuela. Eso sí, lo que ha brillado han sido los postres, la greixonera con romero, un clásico ibicenco riquísimo y, sin duda, la estrella el mousse de higos con una chantilly espectacular. Los pases entre platos algo lentos, sin entrantes unos 35 minutos esperando al principal, pero, al no tener prisa, ha sido una gran experiencia. Espero que puedan mantener el sol Repsol y la recomendación en la guia Michelin.

Pedimos dos tipos de paella una de maruscos y itra de pollo. Eramos un grupo de 8 pero se y las dos raciones que se ven en el video nos llego de sobra ademas estaba rica la paella. Tambien pedimos croquetas y estaban muy ricas hay que probarlas. El personal muy amable y atento a todo. Volveré seguramente.