Restaurante para los amantes de la buena comida. Personal muy sensible, explicando de manera muy precisa el plato que te sirven, la procedencia de los productos, cómo lo han cocinado...; atento y amable. Productos de primera calidad y de la tierra. Desde detalles como el pan, que lo elaboran ellos mismos y lo sirven calentito, hasta platos más elaborados y, cómo no, el helado de bizcochón de Moya, delicioso.
Pablo André Thomas Bouteiller
+5
Visitando el casco histórico de Gáldar (primera antigua capital de Gran Canaria) y parada obligatoria por la casita de Nereida y Carmelo, junto al Templo De Santiago Apóstol.
De entrada este matrimonio parecería un poco tímido, pero es sobre todo humildad, y pueden estar bien orgullosos de proponer una comida tan rica y 100% local (vinos incluidos).
Los salteados de verduras y setas con jamón, genial; y el postre de chocolate, no quedaron migas…
¡Entre Agaete y Las Palmas, hay que detenerse aquí!
Comer fue toda una experiencia y el trato maravilloso. Nereida, muy amable, nos explicó cada uno de los platos que seleccionamos. La comida exquisita, enhorabuena al Chef Carmelo. Hasta nuestra hija de 3 años estaba encantada y Nereida fue un amor con ella. Fue un acierto comer allí y volveremos sin duda en nuestra próxima visita 😊 Muchas gracias por la experiencia!
Una apuesta clara por el producto local con recetas de siempre de nuestra cocina Canaria tradicional y otras en las que se reinterpreta y crea libremente nuevos platos con reminiscencias del pasado. Se nota el gusto y ejecución de algo hecho con mimo🫕. Además destacar su enoteca, con una excelente selección de vinos canarios y nacionales. Excelente relación calidad precio. Un complemento perfecto de visita a Galdar y su plaza de Santiago.
Cocina innovadora con sabores tradicionales de la tierra. Trato exquisito. Se nota la vocación y el buen gusto por la cocina.
Una mezcla entre tasca y restaurante en el casco antiguo de Gáldar. Sus platos típicos con buena materia prima y cuidadosamente elaborados.
Lugar pequeño y muy acogedor, para disfrutar de una comida relajada y sin prisas.
Tiene una pequeña terraza donde comer en plena calle nada concurrida, es una delicia.
El servicio muy bueno y atento.
Totalmente recomendable, siempre que viajo a Gran Canaria y el tiempo me lo permite no dejo de hacerle una visita.
Es aconsejable reservar por su limitación de espacio.
Llegar a la Trastienda de Chago es viajar un poquito en el tiempo a casa de nuestros padres o abuelos por los detalles de la tasca.
Pero cuando pruebas los bocados de los excelentes productos canarios que tenemos en esta bendita tierra, la cosa pasa a otro nivel.
Calidad en los platos no sólo destancando los sabores, sino la elegancia, presentación y explicación de cada uno de ellos.
Si a eso le sumas la amabilidad y predisposición con la que te atienden, sales más que satisfecho. Deseando volver a probar más platos de la carta, que te ponen en la difícil tesitura de....que elegir. Muchas gracias por una sobremesa magnífica.
Le pongo 5 estrellas porque la verdad es que comimos muy bien ! Estaba todo muy rico ! Bueno la ropa vieja cumplió con su nombre … las papas eran viejas ! Mínimo de día anterior ! La cocina de aprovechamiento! Problema es que con la papas y el arroz si se nota cuando llevan un par de días ! Pero igual todo estaba muy rico ! Lo raro era el servicio ! Llegamos 15:05 después de salir de la Cueva Pintada ! En cartel pone que cierran 17:00! Las chicas se miraron mutuamente, entraron dentro hablaron entre ellas al final en unos 10 minutos decidieron dejarnos sentar ! A las 15:30 llegaron más o menos uno detrás de otro tres parejas y habiendo bastante mesas libres ya no las dejaron sentarse ! Tuvimos suerte entonces ! Supongo que el restaurante cierra 17:00 pero la cocina 15:30!
Totalmente respetable y entendible pero es mejor anunciarlo para futuras visitas
Pero la cocina genial
Nos gustó mucho, fuimos 6 compañeros a comer y todos salimos súper contentos. Tanto la propuesta gastronómica como la atención están por encima de la media de la isla. Producto local de calidad, en buena parte ecológico. Vinos escogidos, incluso alguna referencia natural (les falta meter algún blanco, rosado o espumoso). Postres nivel estrella Michelín. Enhorabuena.
Hemos venido a almorzar en familia por una referencia de un amigo. La experiencia ha sido muy buena, la comida exquisita, muy bien elaborada y presentada, la camarera muy profesional y encantadora. Tenemos que volver a probar el resto de los platos y postres.
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