Sancho

En hora buena no se puede superar lo insuperable …que delicia todo lo que cené en las dos noches ,lugar acogedor limpieza impecable …y un trato muy profesional por parte del Sr Carlos (metre)y de todo el personal Edgar y Ana muchas gracias y lo importante la gastronomía por sujetar algo rabo de toro y el pi stare de la casa el sanchito todo todo buenísimo el torrezno especial recomendable …repitiese pronto 💋💋

Vinimos desde Madrid a ver un concierto a Guadalajara, y coincidimos que nos alojamos al lado del Bodegón de Sancho... Comimos un menú por un precio de 18 euros, y la verdad que tienen una gran variedad, tantos de primeros como de segundos, pedimos un pisto manchego y una dorada dentro de la variedad de platos que te ofrecen, y tengo que decir que estaba todo buenísimo y con cantidad, de postre pedí unas natillas caseras, buenísimas!! Que no pude con ellas por la cantidad que viene. Por la noche reserve para dos a las diez y media, y llegamos a las once, ya que no nos dio margen a llegar antes, y tengo que decir que nos recibieron con una sonrisa y una amabilidad increíble, tomamos dos cervezas mientras pensamos lo que íbamos a cenar, y nos trajeron unos torreznos de aperitivo que se te saltan las lágrimas de buenos, pedimos unas ensalada de pimientos con ventresca, unos champiñones braseados y unas zamburiñas. Que decir...que estaba todo riquísimo y en cantidad, atención de 10 y el local súper acogedor, recomiendo sin dudarlo y quisiera dar las gracias por la atención que nos prestaron y agradecer que nos esperarán y guardarán la mesa, aún llegando tarde. Mil gracias!!

Tuvimos la suerte de reservar el mismo día, ya que al llegar, ya había bastante ambiente. Era plena hora de tapeo un sábado y, aunque las mesas no estaban llenas del todo, parecía un sitio frecuentado sobre todo por la gente local de Guadalajara. Servicio muy atento, una carta suficiente como para elegir variedad. Los champiñones gratinados, un 10 absoluto. Recetas con sabores gustosos y bien elaborados. Mejoraría tener una carta de postres caseros a la vista (y no cantada por el camarero). Pedimos platos para compartir y nos pasó lo que pasa a veces: traerlo todo de golpe y asumir que el pescado es para una mujer y la carne para el hombre. Salvo por este pequeño detalle, volveremos sin duda.

Hemos ido en familia y la experiencia ha sido excelente. De entrantes flores de alcachofa, jamón, gambas a la plancha. Todo buenísimo. De segundos lubina a la sal, solomillo de vaca vieja, cochinillo, rabo de toro. Magnífico. El personal muy amable. Carta de vinos excelente. Magnífica experiencia. Para repetir.

Ya nos habían recomendado el restaurante y por ello, fuimos esta semana a comer. Educación, trato cercano y al mismo tiempo respetuoso, mesas y decoración con mucho gusto y la comida exquisita. Sobre todo las carnes y el postre (el Sanchito). Sin dudarlo, hemos reservado para la comunión de nuestro hijo el año que viene.