Comí un menú de Oferplan en esta antiguamente bodega conocida por la gente de la zona y hoy regentada por un joven cocinero que sabe bien lo que hace. Su paso por casa Gerardo se nota en la cremosidad de las croquetas, las mejores que comí en cuanto a textura (les faltaba quizás un punch de sabor) y que justifican por si mismas la visita al local. Destaco también la perfección de la Suprema de merluza con un aliño de vinagreta de mantequilla tostada con limón y alcaparras simplemente perfecta. El secreto ibérico en su punto justo de cocción con un puré de patata casero, cremoso pero con textura y un toque de curry. La setas que lo acompañan al dente, sabrosas. Lo menos destacable quizás un regusto de aceite en las frituras que predomina en el sabor inicial y le restaba disfrute, los langostinos que por la misma razón estaban muy neutros y la torrija de postre que con la mitad de grosor estaría mucho más equilibrada. El crianza reserva de Rioja exquisito. Apunta maneras este local. Producto de calidad altísima y bien ejecutado. Merece estar en el centro de Gijón donde estoy segura tendría un gran éxito! Enhorabuena.