Sancho Meson Restaurante

Nos lo recomendaron y sin duda si alguien nos pregunta por un buen restaurante en Gijón lo recomendaremos sin ninguna duda. La comida excepcional, el servicio perfecto: amables, educados y cercanos. Al llegar pronto estábamos solos en el comedor pero a medida que fue llegando gente seguía ese ambiente tan agradable. ¡Un 10!

Fui a cenar con unos compañeros sin haber oído nada del sitio previamente, nos atendieron rápido y de forma cordial, el ambiente era cómodo y sin demasiado ruido. Sobre la comida únicamente tengo buenas palabras para los platos que pedimos, era todo distintos platos de carne que estaban jugosos y con muy buen sabor. Los postres igualmente buenos, local para repetir.

Restaurante clásico en Gijón, vista obligada cada año, pequeño con mesas muy juntas y con terraza, en la zona de las playas muy céntrico, especialidad en parrilla, saben hacerlo muy bien, todo en su punto, mollejas, riñones, carnes y pescados, buen servicio, hacerles caso, te recomiendan cantidades acertadamente. Precio moderado. Imprescindible reservar con tiempo.

Desde que lo descubrimos, por recomendación, siempre que vamos a Gijón, es nuestro sitio para comer. Recomiendo reservar porque en este lugar de más de 45 años es muy probable encontrarse gente de otras comunidades y paisanos de la zona. Es un lugar pequeño, con mucha solera. Por la comida, pescados y carnes a la parrilla a cual de todos más exquisito. Muy recomendable, si tienen, las mollejas y la chuleta. Por los postres, hay que dejar hueco para la tarta casera de chocolate (tarta Sancho). Por el servicio, en esta ocasión, nos atendió en la terraza un chico joven que nos recomendó qué pedir y estuvo atentos de nosotros en todo momento. Se notaba que era conocedor a la perfección del producto que ofrecen y es de los camareros que agradeces encontrarte. Calidad-precio: de 10

Mítico Sancho. Tradicional. Habrá gente que le vea las pegas (qué si es pequeño, que si hay mucha gente…), este es el de siempre. Local chiquitín, entre dos calles. Barra llena de gente comiendo, sin reserva no queda otra. Una carne estupenda, en su punto. Previamente criollo, chorizo, morcilla. Todo a la parrilla. Patatinas y ensalada de complemento. Tremendo. Es el Sancho, el de verdad. Merced, dos escalones por debajo.