Vint-i-cinc

La calidad que ofrecen es inmejorable. Pulpo brasa brutal, las gambas a la plancha son de otro mundo, las puntillas, las zamburiñas, la presa... En definitiva, no puedo decir nada negativo de todos los platos que he probado en este restaurante. Incluso los postres han estado muy acertados. Calidad/precio, es de lo mejor que he disfrutado por el sabor tan puro de todos los alimentos. Sin duda que es sitio para repetir... siempre.

Nos encontramos con un local acogedor donde lo que más destaca es su gastronomía. La presentación de los platos me pareció bastante original y la calidad de los ingredientes muy buena. Muy contenta con todo. Destacar las gambas rojas de Huelva, alcachofas de el Prat, virutas de foie y como postre la tarta de queso.

Un local pequeño, en una calle escondida, que pasa desapercibido hasta que conoces su cocina. Aparte de la amabilidad del personal, que hacen sentirte como en casa, lo realmente espectacular es su cocina. No encontrarás una decoración de lujo, ni mesas con grandes espacios... No, olvídate. Si quieres una cena "íntima", tampoco. Si lo que te apetece es disfrutar de esa comida o cena, deberías probarlo. Te sirven bien, te atienden mejor y sus platos están, aparte de bien presentados, con un saborazo de los de antes. Cocina tradicional, cocina mediterránea y bien hecha. Desde una humilde tortilla hasta las combinaciones más curiosas. Déjate aconsejar y disfruta.