Chiringuito El Limonero

Un lugar muy bueno para comer. Pescado fresco situado al lado de la playa. Pedimos la especialidad de espetos de sardinas (10 sardinas por 4€) y estaban muy ricas. También pedimos una lubina en espeto que nos habían recomendado (nos la sirvieron limpia) y estaba riquísima. La atención por parte de la camarera muy buena. Nos dejaron entrar con la perrita y le pusieron agua en un comedero. Nos trataron de lujo. Un sitio sin duda para volver.

Chiringuito perfecto para celiacos, pues toda la carta es sin gluten. Hemos probado en varias ocasiones sus frituras y todas nos han encantado. Así como los espetos, con una estupenda relación calidad-precio. Recomendaría especialmente los boquerones al limón y la fritura malagueña. Disponen de pescados frescos en función del mercado que parecían de muy buena calidad pero resulta algo excesiva la constante recomendación por parte del servicio para incitarte a pedirlos.

Uno de mis chiringuitos favoritos de Fuengirola. En los meses sin "R" es imprescindible pedirse un espeto de sardinas,ya que la relación calidad precio es la mejor que vas a encontrar en toda la zona . El resto de la carta está más o menos bien (la voy descubriendo poco a poco).Hoy probamos el arroz con bogavante y hemos echado un rato espectacular,con un clima de lujo y en una mesa muy buena. El personal es muy dispuesto, y hasta la presente no hemos tenido ningún problema. Es una buena elección.

Hemos pasados varias veces por delante y tuvimos la mala suerte de encontrarlo cerrado. Pero hoy hemos entrado para probarlo y nos hemos llevado una grata sorpresa. Los espetos más baratos de toda Málaga que hemos comido. La gente se pedía raciones de 20 pero al precio que están, es increíble. Es verdad que tuvimos la mala suerte de llegar a las 2 y comernos la hora fuerte. Nos suele gustar ir siempre temprano porque al final los camareros siempre van más tranquilos y te da menos pena molestarles. La comida bastante rica y las raciones de tamaño considerable. Si tuviera que poner una pega, serían los niños que nos tocaron justo para comer cerca. Nos tocó una zona con bastante niños y no paraban de gritar sin sentido. Siento que salí con la cabeza loca de los gritos, pero el sitio es perfecto.