La Carbonara

Wir lieben dieses Restaurant, es ist exzellente Küche mit ausgezeichneten Zutaten ohne viel ChiChi .Tolle Weine (ein sehr guter Amarone zu 80,—) , sehr guter Service. Unbedingt auf die Empfehlungen vom Chef Maurizio hören. Wir hatten heute erst eine kleine Portion Linguine Vongole (die Nudeln sind selbstgemacht) und dann einen im Ofen gegartem Steinbutt mit Kartoffeln. Er empfiehlt jeweils tolle Gerichte. Preis Leistung passt immer, unser Lieblings Restaurant (Traducido por Google) Nos encanta este restaurante, su excelente cocina con excelentes ingredientes sin mucho chichi, excelentes vinos (un muy buen Amarone a 80.00), muy buen servicio. Asegúrese de escuchar las recomendaciones del jefe Maurizio. Hoy hemos comido primero una pequeña ración de Linguine vongole (la pasta es casera) y después un rodaballo al horno con patatas. Siempre recomienda buenos platos. La relación calidad-precio siempre es correcta, nuestro restaurante favorito.

Las pastas son excepcionales, destacando por su autenticidad y sabor. Cada plato parece elaborado con atención al detalle, capturando la esencia de la cocina italiana. Además, me sorprendió gratamente la calidad de las milanesas, que aunque no es un plato típicamente italiano, estaban cocinadas a la perfección, con un empanado crujiente y carne jugosa. Sin duda, La Carbonara es un destino culinario que recomendaría a cualquier amante de la comida italiana.

Das Essen war sehr, sehr lecker. Der Koch hat persönlich die Bestellungen aufgenommen. Die pasta war frisch zubereitet. Die Kellnerin war super nett und aufmerksam. Zum Schluss gab es noch Grappa aufs Haus! (Traducido por Google) La comida era muy, muy sabrosa. El chef tomó personalmente los pedidos. La pasta estaba recién preparada. La camarera fue súper amable y atenta. ¡Por fin hubo grapa en la casa!

Elegimos el lugar por las reseñas que vimos en internet y desde luego que acertamos; en todas decían "auténtica comida italiana" y aunque es cierto, el restaurante es mucho más. Fuimos sin reserva y tuvimos la suerte de poder ocupar la última mesa (reservaremos para la próxima) y nos acomodaron perfectamente a pesar de ir con un carrito de bebé. El trato en todo momento fue exquisito y es un detalle que el chef salga a preguntar qué nos apetece comer. Pedimos dos platos de pasta y un plato pequeño de pasta con tomate para nuestro hijo que tuvieron la gentileza de regalarnos, a pesar de que el "pequeño" plato de pasta con tomate fue un plato de fetuccini boloñesa igual de grande que los demás y que estaba delicioso, igual que lo demás. Pedimos un entrante de berenjenas a la parmesana que hizo rememorar a mi mujer los sabores de Italia. Pedimos postre por gula y por las recomendaciones que habíamos leído. Es una lástima que no hiciéramos fotos a todo, pero los postres se prestaban especialmente para ello. Por supuesto, a la altura del resto de la comida. Volveremos para poder probar el tiramisú.