Magnífico hotel, construido en un antiguo molino y con estupendas vistas al río. Habitaciones familiares con un encanto muy especial. Estupendo trato
Bonito hotel, la habitación que nos dieron era un poco pequeña pero bien equipada, la televisión muy pequeña, el baño muy bien ya que tiene todos los servicios separados. La atencion en recepción muy agradable.
El hotel como tal, no lo conozco. Pero estuve en las instalaciones con la celebración del banquete de una comunión.
La comida fue buena y variada. La atención excelente.
Lo que mas me gustó fue el jardín trasero, que da al río. Muy tranquilo y con esculturas de lo mas originales con material reciclado.
Es un sitio absolutamente espectacular. Hay ascensor y Wifi en todas las habitaciones. Hay desayuno Buffet. El entorno es inigualable. Situado al margen del río, ofrece unas vistas fantásticas. Abrir la ventana y contemplar esas vistas es un auténtico lujo. Las habitaciones son modernas y funcionales.
Es todo lujo. La habitación estaba dividida en dos la zona de la cama y una office, ideal si uno quiere descansar y otra persona quiere estar con el ordenador o leyendo. Una anécdota es que no sabia como apagar la luz, por lo menos estuve 15 minutos intentando averiguarlo. Las vistas eran impresionantes con el río pasando y amplias zonas verdes. La terraza es ideal para bajarse a desconectar leyendo un libro o charlar con amigos, escuchando de fondo el movimiento del agua y el cantar de los pájaros
El hotel es muy bonito y las vistas al rio chulisimas, el trato del personal excelente!! La verdad nos a encantado , todo muy limpio y ya digo el trato excepcional!!!
El hotel es precioso, con unas vistas al río que son una delicia. El trato no es que sea bueno, es que es excepcional.
Repetiré sin dudarlo.
Comimos un domingo en el restaurante y fue fantástico!
La atención al cliente imprecable. Amables, atentos, totalmente profesionales
La cocina impresionante. Como un menú por 35 euros por persona, más el vino.
Todo nos encantó. Un viaje por un mundo de gastronomía de alto nivel que deja una sensación de bienestar al máximo nivel.
Echamos también un vistazo al hotel y hemos pensando pasar unos días ahí de descanso.
Altamente recomendable para gente que quiere vivir momentos diferentes y exquisitos en el mundo de la gastronomía :-)
Un hotel con un encanto especial. Situado junto al Río Ega. Mejor si te toca habitación con vista al río, pero cuidado con dejar la ventana abierta, porque, como es lógico, se puede llenar de mosquitos.
Las habitaciones divididas en compartimentos hexagonales son las que están construidas en los antiguos silos de almacenamiento de harina, ya que el hotel es una fábrica de harina del siglo XIX rehabilitado, que conserva gran parte de su construcción original a modo decorativo. Un hotel muy curioso y bonito. El desayuno es normalito, no muy variado pero para mí más que suficiente. El café de una máquina de marca conocida de calidad, cosa que se agradece. -EDITO: He vuelto dos semanas después y la máquina de café ya ha cambiado, ahora no es de tanta calidad.-
Ubicado al lado del hospital y a pocos minutos del centro caminando. Mucha amabilidad en la atención recibida, tanto en recepción como en cafetería. Seguro que vuelvo.
Maria Teresa Gómez Pumarejo
+5
Como hotel un 10, con un jardín pequeño pero muy bien cuidado y muy original, por detrás pasa un río es una delicia oír el murmullo del agua, la cafetería es de lujo y el desayuno no le falta de nada, me alojaré en este hotel en próximas visitas, de la habitación solo puedo decir q era estupenda.
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