Taberna Salinas

¡Como siempre! Hace años, que siempre que vamos a Córdoba, comemos en esta Taberna. Trato exquisito, servicio eficiente y eficaz y precios muy moderados, para la calidad de los productos que dispensan. Increibles las manitas (como siempre) el cochinillo cuchifrito y su queso de zuheros. Ahí es na. Un abrazo. Volveremos.

Tuvimos que esperar un poco para ser atendidos pero al pasar a la sala nos sentimos muy a gusto. Nos lo había recomendado un amigo cordobés y de nuevo el taxista que nos trajo de la estación de tren. Tomamos queso de oveja de Zuheros, tomate de la Vega de Alcolea con atún y Adobo cordobés “Japuta Rosada”. Estaba todo rico y disfrutamos. Además salió muy bien de precio y el vino estaba muy frío y delicioso. Por otro lado, el queso tenía uno de los cortes con un sabor como a jabón y nos pareció que era por ser el trozo que uno deja ya cortado en la nevera. La ensalada necesitaba más aliño (que nos trajeron y ayudó mucho) y también nos molestó que no hubiera ya café a las 22:45 de la noche. Tomamos un tocino de cielo delicioso pero le habría acompañado mucho mejor un café.

Entramos de casualidad, nos pareció un sitio resultón y con comida típica de Córdoba, pues genial, lo dejamos en manos del camarero y nos recomendó de maravilla, comimos Bacalao con Naranja que estaba realmente bueno y una carne al estilo cordobés que estaba mas bueno aun. Muy bien de precio, atención inmejorable y sitio super chulo.

Maravilloso y recomendadísimo lugar. Una taberna, tasca de verdad, de las que sus paredes no me quiero ni imaginar que han visto y escuchado. Acudí recomendada por un taxista cordobés y no pude acertar más. Acudí a comer el rabo de toro (que es ternera, porque si no se terminaría con el toro de lidia, pero ni el camarero ni el precio engañan) Además, estaba buenísimo. De postre, pastel cordobés... más rico que el de la famosa pastelería Roldán. El dueño, los camareros, la todavía aun no extinta figura del somelier... TODOS PERFECTO. Mi madre dice que siempre caigo de pie, porque soy una buena mujer, pero tengo que decir que estaba lleno, fui sin reserva, y me abrieron el salón interior, con aire acondicionado y pude deleitarme más con la ornamentación del lugar. Sólo una nota, NO HAY CAFÉ! La próxima visita a Córdoba, volveré de nuevo a la taberna Salinas.

En el centro de Cordoba, muy cerca de la plaza de las Correderas, se encuentra todo un clásico en restauración en la ciudad! Desde su entrada te traslada a los años de su apertura, con carteles, accesorios de la época… con un gran patio central rodeado de plantas y una fuente que ameniza el sonido de la estancia, donde recomiendo ubicarnos si os lo permiten. El personal es rápido y atento, y la comida espectacular, aunque por poner una pega al lugar, todos son platos por lo que si vais dos personas no tienes mucha opción a probar más de 2 o 3 platos. Por lo que recomendaría al menos medias raciones. Recomiendo que o vayáis muy temprano o reservéis, porque siempre se llena.