Cuatromanos

Pues no tenemos más que buenas palabras. Sergio y Adrián nos han hecho sentir como en casa, un servicio repleto de detalles y una comida de matrícula de honor que se ha coronado con un postre que nos ha dejado sin palabras. Enhorabuena porque se ve que disfrutáis con lo que hacéis. Un aplauso para un buen trabajo

Muy buen trato, los camareros muy amables y correctos. El servicio impecable. La cocina rápida y platos abundantes y bien decorados. Te explican sin problema cada plato. Ya quisieran otros sitios con pretensiones de gran restaurante tener este estilo. No hace falta una estrella Michelin para disfrutar de una buena cena en todos los sentidos. La decoración algo austera pero prefiero algo sencillo a cosas catetas o que pretenden ser “modernas”. Sin duda un diez para el chef y para el servicio. La carne estaba espectacular. Con el sabor del humo del carbón... el risotto en su punto y los postres... mmmmm!!!! Excelente!

Muy buena comida excelente trato. Local pequeño pero acogedor, decoración agradable. Trato excelente, muy profesionales. La cocina elaborada con toques modernos. Los precios de los platos van de los 12 € a los 23 € con un excelente equilibrio en precio, cantidad, elaboración y calidad. Sin duda un sitio para volver.

Lugar discreto y nada casual para visitar, bonito interior, luminoso y atractivo. Carta variada, al menos en comida, no he tomado vino esta vez, por lo que no puedo opinar de la carta. El salpicón de marisco muy original y preciosa presentación, destacando su sabor fresco muy alejado de los típicos salpicones de sabor a nevera. El pulpo a la brasa con una textura brutal, muy rico, para mi le habría dado algo de alegría a la guarnición, ya que ese puré está falto de algo de pique o sabor. Por último el wok de presa ibérica con salsa teriyaki igualmente le añadiría más sabor, aunque reconozco que me gusta el pique y las cosas con mucho sabor, por lo que imagino que se intenta tener un equilibrio que guste a la mayoría. Finalmente el trato es muy correcto. Un muy buen lugar.

Entramos a tomar unas cañas sabiendo que el sitio tenía fama x su tartar de atún. Nos indicaron q las mesas bajas ya estaban reservadas para comer pero que nos podíamos sentar en otras altas con una carta más orientada hacia el tapeo, excluyendo algunos de los platos que podias tomar en las otras (para mí fue un fallo marcharme sin poder probar el pulpo con wasabi puesto que no estaba en la carta). Sí pudimos probar el tartar de atún con guacamole y pan cristalizado...riquisimooo!!!y el wok, que para nuestro gusto estuvo muy demasiado salado. De postre una idea renovada del arroz con leche, muy rica también. Los postre no bajan de los seis euros..para mí excesivo. La atención, eso sí, muy buena!!! Ánimo chicos, podéis seguir mejorando, porque realmente dais una comida de calidad!!