La Lonja De Pescado

He comido genial, pescado fresco bien cocinado, un buen vino gallego y una tarta de queso muy buena. Solo les falta una buena pizarra en la calle donde se lea que tienen producto fresco y mejorar un poco el servicio a nivel de simpatia... hay que estar mas feliz y creer mas en el producto que tienes.

Llegamos a comer y el local estaba vacío, el resto lleno hasta la bandera, nada más llegar nos han informado de que no había carne, también nos han contado la carta, el camarero muy majo, a la hora de pedir la bebida he querido una coca cola y solo tenían Zero, lo cual hemos cogido agua para comer, hemos cogido langostinos argentinos XL venían 8 en cada ración, estaban muy buenos. Sitio recomendable.

En Cudillero hay muchos sitios donde comer, todos llenos (agosto) pero en este lugar, dejas tu nombre y tu número y te llaman para que comas aunque falten 15 minutos para que cierren la cocina (16:30). La calidad de la comida, buenísima. El precio algo elevado pero la calidad del producto, lo merece. Amabilidad increíble de l@s camarer@s. Da gusto encontrarte con gente así en hostelería.

Conocíamos Cudillero desde mucho antes de que se hiciera un destino turístico tan demandado. De hecho tras la masificación no íbamos del todo convencidos pero nos ha encantado. Una antigua lonja de pescado de un pueblo marinero reconvertida en restaurante. El personal.se ha portado de 10 con una atención estupenda. Las recomendaciones de los platos que nos han dado durante el servicio han sido todo un acierto. Hemos pedido la ensalada de bonito, zamburiñas, pixin ( rape) a la plancha, bonito a plancha y como postre tarta de 2 quesos asturianos. Nos ha encantado el detalle de enseñarnos el rape antes de cocinarlo y ver como lo traían al mismo momento de la pescadería de enfrente ( más fresco imposible!). La comida rica y bien preparada y el precio no era nada disparado contando el sitio en el que se encuentra. De hecho según la veías era casi imposible resistirse a pegarle un bocado, por eso no sacamos fotos de todos los platos. Ver los bogavantes y las almejas llegar para el servicio de cenas y ver la frescura de los mismos casi nos hace quedarnos para repetir por la noche, jajajja. El aparcamiento está limitado al puerto nuevo y tienes que dar un pequeño paseo hasta el pueblo.Pero si vas con personas de movilidad reducida puedes hablar con la Policía Local y te permiten acercarlos en el coche sin problema. Seguramente repetiremos sin duda.

Estaba todo hasta los topes, y el único sitio donde al menos se dignaron tomarnos en lista de espera, y al final comimos. No había menú y comimos a la carta y rico todo. Ensalada de gambas, el pixin y una tarta de dos quesos... espectacular. Algo lentillos, pero es subsanable y tampoco es un problema. Recomendable aunque tengas que esperar un poco