Opiniones Mama Lela

Comida deliciosa, exquisita. El trato magnífico.El lugar con mucho encanto. El precio correcto.Todo espectacular. Muchísimas gracias. Hacía tiempo que no comía tan bien.

Pondría todas las estrellas del mundo, magnífico lugar. Acogedor, agradable, servicio muy cercano y amabilísimo. Bueno cualquier elogio se queda corto. Celebramos las bodas de oro de mis padres y sin pedirlo hicieron un detalle recordatorio con la fecha y deseando lo mejor. La comida, bueno los de las estrellas Michelín nada que envidiar, todo casero y tradicional como se hacía entonces. El entorno es espectacular para los amantes de la naturaleza, lo tiene todo. Sin duda volveré y recomendaré siempre!

Increíble. Lo recomiendo totalmente. Trato excelente de los dueños. Cocina tradicional casera increíble. No podéis iros sin probar las almejas!!! Todo con una calidad superior en un ambiente fabuloso. En invierno el cocido es espectacular!!!

Espectacular sitio.. una decoración y atención muy especial. Una comida casera riquísima, unos postres que se salen del mapa. Nos encantó la experiencia. Totalmente recomendable.. una sorpresa muy agradable.

Fantástico lugar. Comida exquisita, entorno y decoración espectacular, trato excepcional. De verdad, uno de los mejores lugares para cenar donde he estado en mi vida. Muchas gracias a la dirección y personal, de diez!!!!!

Calidad estupenda, servicio extraordinario, entorno inmejorable. Todo perfecto. La pena que solo abre los sábados y domingos al medio día. Llamar para reservar

Una maravilla, se nota cuando hay ilusión puesta en algo, y éste es el caso. El trato es cercano y excelente, te sientes como en casa en todo momento. El sitio es precioso y está decorado de manera exquisita. Tomé unas almejas a la marinera que son las mejores que he probado en la vida exceptuando las de mi querida abuela. El solomillo exquisito, una pieza magnífica y bien cocinada. Y los postres riquísimos y muy originales. De los sitios más recomendables de la provincia sin duda.

Es la segunda vez que acudimos a comer en un entorno precioso, donde hasta el último detalle está cuidado con esmero, atendidos con cariño y familiaridad han acompañado unos platos y postres riquisimos. Felicitaciones a la cocinera !!! Todos hacéis un gran equipo. Gracias por hacernos sentir tan bien. Sin duda volveremos.

Fuimos a comer por nuestro 10 aniversario por recomendación de un buen amigo y no podemos agradecerla más. Nada más llegar nos encontramos nos atendieron súper rápido, nos acompañaron a la mesa y mientras nos traían el vino (que que delicia de albariño) nos pusieron un pinchito para empezar. No tienen carta como tal, te cantan el menú que tienen ese día disponible, ya que trabajan todo según mercado y proximidad. En nuestro caso unos 4-5 primeros y 4-5 segundos para escoger. Elegimos de primero las almejas a la marinera (que Dios mio esa salsa y esas almejas que buenas estaban) y una empanada de maiz con zamburiñas (la hacen ellos súper finita, con un sofrito que no repite y con MUCHAS zamburiñas). De segundo una croca y un solomillo, ambos tiernos sabrosos y acompañados de patatas y una salsa que daban a elegir, en nuestro caso escogimos, de queso y de frutos del bosque respectivamente, de muerte la combinación con cualquiera de las dos. Las raciones justas para comer y quedar bien sin desperdicio de comida. Cosa que se agradece mucho. De postre elegimos una tarta de queso, la mejor que hemos comido hasta ahora. Y un tiramisú de frutas del bosque que también estaba de vicio. Además del café nos trajeron de regalo unos chupitos de Pedro Ximénez porque les habíamos comentado que estábamos de aniversario, cosa que me pareció un detalle muy mono. El servicio de 10, el local precioso y como detalle a resaltar me pareció súper chulo que en el baño en lugar de toallas de papel para secar las manos hay toallas de tela individuales con un cesto donde echarlas para que las laven. Teniendo en cuenta que cada día estamos todos más concienciados con el medio ambiente me pareció una opción mucho más sostenible que tirar metros y metros de papel para secar las manos sin más. El sitio está donde Cristo perdió la zapatilla pero casi mejor así, queda más privilegiada la experiencia y más intimo. Ya se dice que las cosas buenas hay que "guardarlas en secreto". Totalmente recomendable. Eso sí, hay que hacer reserva con tiempo de antelación ya que solo abren los fines de semana al mediodía y el aforo es limitado. Repetiremos sin dudarlo a la que llegue el verano. Nos hemos quedado con ganas de ver el jardín trasero que es una fantasía.