El Carbon Meson Asador

Comimos de lujo en este restaurante. Pedimos el chuletón para hacer al carbón, con muy buen sabor. Venía acompañado de patatas fritas, muy ricas. Por ultimo, de postre tarta de queso. Buenísima, de esas que realmente SI saben a queso. Los camareros muy amables y profesionales. Repetiríamos sin ninguna duda, fue todo un acierto.

Reservamos apenas 15 minutos antes y no nos pusieron ningún problema. Servicio respetuoso y bueno. La carne a la brasa en su punto y las patatas fritas caseras (nada de congelado). La parrillada de verduras también en su punto. Precios algo mas elevados a la media de la zona pero no tuve problema en pagarlos porque se come a gusto. Las croquetas que también pedimos eran caseras de puchero, nada de congeladas. Y eso se nota a la hora de comerlas.

Restaurante “de toda la vida”, comida rica y raciones bien servidas, con productos de temporada cercanos. Probamos tomate rosa picado, riquísimo, y unas almejas para chuparse los dedos. Para finalizar lomo alto marcado con un fogón de carbón en mesa. Alejado de los restaurantes “chics” de moda, Con un trato cercano y súper amable.

Comida y trato familiar. Una atención exquisita. Mesón tranquilo para cenar en familia, en pareja o con amigos. Las almejas buenísimas, de toma pan y moja. La carne mantequilla pura. Tomamos vino, el cual nos lo sirvieron a una temperatura idónea. Aceptan perros en el exterior. Recomendado a ojos cerrados.

Restaurante de 10. Excelente atención. Comida exquisita, casera y de calidad, hecha con mucho mimo. Estupenda ubicación. Dejarse recomendar por Luis y Fran es un acierto seguro. La mano de Adela en la cocina hará que salgas del restaurante queriendo regresar nuevamente. Comimos jamón, estaba riquísimo, el tomate de Conil, sin palabras, una ración muy abundante y con un sabor impresionante, y el chuletón de retinto, se deshace en la boca, acompañado de patatas caseras. Como aperitivo de la casa, te invitan a zanahoria aliñada, que está buenísima. El pan te lo sirven caliente.

Desde el trato familiar hasta la calidad de la comida, pasando por el detalle de los entrantes, que pediría como plato principal; las sugerencias fuera de carta, la pizarra, el servicio (nunca se hace un viaje en balde siempre aprovechan para recoger, despejar o llevarse algo de una mesa) … de una profesionalidad impecable. Para resumir, un lugar donde se nota que están orgullosos del producto con el que nos deleitan.

El mejor restaurante de comida con sabores caseros pero con un toque diferente y personal que te vas a encontrar en La Barrosa con diferencia. Toda la materia prima es excelente sobresaliendo la carne y una buena selección de vinos tanto de la tierra como del país. Mueres con las croquetas de la pringá del puchero y la atención de Luis y su equipo es inmejorable. Comería allí todos los días.