Can Sardà

Es un sitio excepcional. Es puro producto de calidad hecho a la brasa. No hay más. Platos de un solo ingrediente en su mayoría, pero ejecutados de manera magnífica en las brasas que tienen y que pueden verse cuando llegas a restaurante. Yo probé un poco de todo, y estaba todo muy bueno. El servicio es excepcional, tanto de trato como de profesionalidad y el ambiente es genial para hacer una comida con amigos o familia, ya que es espacioso. El enclave en el que está situado también es algo remarcable. Volveré sin duda.

Excelente Masía rural donde mi marido lleva yendo 30 años y destaca por su comida y su atención,se han modernizado pudiendo hacer tu pedido en tu mesa con tu propia tablet, buenísima comida en un entorno privilegiado, sólo decir que estábamos en plena ola de calor y en ciertos momentos se notaba algo de bochorno ya que comimos en la terraza exterior,por lo demás todo perfecto,precios acorde con la buena comida, totalmente recomendable!! Eso sí, reservar mesa ya que siempre están llenos,por algo será 😉

Hicimos menú calçotada. Los calçots deliciosos, de buen calibre casi todos y la carne espectacular(jugosa y ración generosa)Un allioli muy suave y bueno y la salsa romesco buenísima también. El personal excelente: todos muy atentos, muy serviciales y el servicio entre plato y plato de 10. En resumen: repetiremos sin duda. Los animalitos preciosos, las cabras muy simpáticas y el pavo real precioso.

Restaurante brasería de comida tradicional situado en mitad de la Sierra de Collserola, en la Carretera de Horta, que conecta Cerdanyola con el distrito de Horta Guinardó de Barcelona. La carretera de acceso (desde la carretera de Horta), es de doble dirección y en algunos puntos se estrecha (cabe un coche perfectamente, dos justito). Los parkings son de tierra y están situados al rededor de la Masía (que es el restaurante). En uno de los parkings, hay animales de granja (cabras, gallos, gallinas, pavos reales, etc.), en unos corrales, que llaman mucho la atención de los críos. Adicionalmente hay un tobogán y un balancín. La comida es de buena calidad, no hay nada novedoso: mucha brasa y platos tradicionales. Buen pan torrado para "pa amb tomàquet", y buen servicio. El restaurente es grande, tiene varios salones y terraza. En alguno de los salones hay unas vistas que, personalmente, siempre me han parecido preciosas. El ambiente suele ser agradable y se está cómodo. En general es un sitio al que me gusta bastante ir.