Caracas

Es un bar no muy céntrico, pero pasó mis tres pruebas de calidad: el plato de patatas bravas, el bocadillo de sepia y el carajillo (bebida típica de Castellón). Las bravas estaban como a mí me gustan: muy calientes, duras por fuera y blandas por dentro, y con una salsa picante, pero no demasiado. La sepia estaba muy sabrosa y no estaba dura. En su punto. El carajillo estaba perfecto para mi gusto: cargado de ron, el alcohol muy quemado, sabor dulce y con la frontera entre el ron y el café muy bien delimitada. El servicio fue muy rápido: en un momento nos juntamos 30 personas hambrientas recién salidas de un espectáculo y para mí sorpresa (y alegría) los platos empezaron a llegar en menos de 10 minutos. Para aparcar no es fácil, pero con un par de vueltas seguro que se encuentra sitio. Hay tres aparcamientos gratuitos cerca. La atención muy correcta. Muy amables para el jaleo que tenían con toda esa gente pidiendo!

El local no es nada del otro mundo, pero la verdad es que los bocadillos están bien. En la parte del fondo el local es más amplio y cuadra para comer un grupo más o menos ámplio de personas. El precio es bastante asequible. Los bocadillos de tortilla están muy buenos, sobretodo tortilla francesa con jamón y tomate en el pan.