Restaurante Andra Mari

Ambiente acogedor, formal, limpio y bien dispuesto. Muy atentos a nosotros, a la hora de sacar y retirar platos, así como servir pan según lo terminas. La cocina excepcional. Mención especial a: Las croquetas de bechamel y bacalao, las navajas, el hojaldre de queso de cabra increíble y muy rico el cordón bleu y la lengua de vaca. Lo único que no nos gustó fue el crujiente de morcilla, pero es una cuestión de gustos, no de elaboración. Todo rico y fresco. Recomiendo 100%

Hemos ido en varias ocasiones. El sitio es un lugar elegante y sencillo. El servicio por parte de los camareros y por el dueño es excepcional. Se nota que le gusta lo que hace. Después de todo ello te presentan esos platos con una exquisitez... las croquetas jugosas, los pimientos de poquillo rellenos buenísimos y con muy buen relleno nada de exceso de beichamel ni nada por el estilo. Y el bacalao al pilpil impresionante. La carne estaba en su punto y las patatas cortadas por ellos, nada de bolsa congeladas. Tienen menús que son muy buenos a buen precio y nada de escasa comida. Desde luego es un sitio donde comer agusto, tranquilo y bien. Repetiremos tantas veces podamos.

Sin duda uno de los mejores restaurantes de la costa blanca. Es de esos lugares inesperados, que te sorprenden porque no destacan por estar frente al mar ni unas vistas envidiables. Es un restaurante que llama la atención por su producto y servicio. Era el restaurante favorito de un ser queriendo y lo conozco de hace años y os digo; siempre es un acierto. Cualquier producto es bueno, los ofrecimientos y recomendaciones son siempre acertadas. Yo me he decantado esta vez por un cordón blue. Exquisito. Pero por favor, ojo con la degustación de ostras que tuvimos; solo un gran lugar ofrece este tipo de producto y de esta calidad. La merluza es una especialidad. Las croquetas son suaves e intensas. Las kokotxas de 10 y variedad de postres. El servicio es inmejorable. Sin duda es de lo mejor y os recomiendo vuestro paso por este tesoro gastronómico escondido en el pueblo de El Campello.

Un gran restaurante de comida vasca en Campello con un ambiente estupendo y unos camareros fabulosos.La calidad es exquisita pero un poco subido de precio porque cobrar a 3,75 la caña de cerveza al final hace subir bastante el precio total.Los vinos hay que elegirlos con mucho cuidado eligiendo lupa para comprobar precios. Por lo demás todo muy bien aunque deberían mejorar bastante en el tiempo de espera entre platos dado que no todo el mundo dispone de más de DOS HORAS entre la entrada y salida del restaurante por eso no se le puede dar 5 estrellas . Habrá que tomar nota y ser más rápidos en cocina o contratar más personal porque es una verdadera pena tanto espacio de tiempo entre platos.