Casa Anita

Sitio muy recomendable en Cadaqués. Hay que saber a lo que se va: a dejarse aconsejar para comer excepcional. Comida casera de calidad. Para dos personas: tostadas de tomate con queso y anchoas, espárragos con huevo y pimientos, una dorada con patatas y un postre (casero los prepara la mujer del dueño) y tres bebidas 86 euros. Ambiente familiar y acogedor.

Un espectáculo de comida, fabulosa es quedarse corto, un placer para los sentidos, pedimos espárragos a la brasa con huevo, ansiosas de la escala con queso manchego y lubina a la plancha con patatas, de postre chocolate con salsa de menta, de escándalo. El ambiente y el lugar fabuloso y el dueño un encanto. Para repetir!!!!

Es un restaurante extraordinario. Fuimos allí y nos atendieron de una manera súper amable. Toda la familia que lleva el restaurante es maravillosa atenta y agradecida. Al llegar, nos acogieron en una mesa con más gente, siendo un entorno muy familiar y cercano. Al llegar nos ofrecieron vino blanco o negro. Después te dicen los entrantes y los pescados disponibles ese día (porque es pescado muy fresco). Nosotros nos dejamos recomendar, comimos las tostadas de anchoa con queso, la lubina con patatas para dos que previamente nos vino a enseñar para comprobar que nos gustaba y de postre las tostaditas de chocolate con aceite y sal. Estaba todo exquisito, tratan el producto de una manera inmejorable. Cuando volvamos por Cadaqués, casa anita será una parada obligatoria.

Segunda vez que vengo a comer y otra vez que salgo feliz por la comida y el buen rato que Juanito y su mujer te hacen pasar. Sin dudas, si se viene a Cadaqués hay que venir a probar su cocina. El lugar es pequeño pero acogedor, hay que dejarse llevar porque desde que entras, Juan ya te va a ir preparando todo lo que vas a disfrutar. Te sienta, te expone lo que tiene y tú, según cómo estés de hambre, eliges. Producto de 10: anchoas exquisitas, preparadas sobre un pan de cristal con tomate y queso que te apetece pedir otra ración más. Nos faltaron probar los huevos con espárragos, pero porque queríamos llenarnos con los pescados a la plancha que te preparan. Son salidos del mar, porque la frescura se nota, el punto de cocción exacto, jugoso por dentro y crujiente por fuera. Luego vienen los postres caseros que prepara su mujer, variedad de helados que te apetece probarlos todos. Nosotros elegimos el postre de chocolate… una locura sin palabras. Siempre que vuelva, vendré aquí.

Tengo que decir que soy una persona a la que se le conquista con un buen trato y con la esencia de lugares con historia y encanto como lo es Casa Anita. Sitio espectacular, con ese aire con mezcla de taberna y bodega antigua, fotos y arte en sus paredes, Juanito y su familia encantadores, comensales contentos disfrutando de la velada…reúne todos los ingredientes que me hacen disfrutar. Destacar algo super importante como es que un camarero o dueño del local te haga sugerencias y recomendaciones de sus platos…a veces las cartas tan extensas confunden y si vas a un sitio nuevo o a un pueblo como Cadaqués, lo que quieres es vivir la experiencia más auténtica del lugar… Platos sencillos, buen producto, elaborados con cariño y bien recomendados. Servicio y trato excelentes! Precio algo Caro de media, pero correcto.

Reservamos por la tarde y Juanito nos aceptó la reserva, llegamos a la hora prevista, nos sentó en la mesa nada más entrar. Sorprende con la cena, de hecho teníamos visto más o menos lo que queríamos a través de los comentarios de la gente y os puedo decir que se quedan cortos, totalmente recomendable, trato familiar, comida exquisita, el pescado fresco del día. Lo más entrañable, junta a la gente en la misma mesa aunque nadie se conoce, acabamos todos conversando como si nos conociéramos…. Repetiría una y otra vez, gracias por tan linda velada.

Conocí a Juanito en un grupo de Facebook, al igual que, más tarde, en su restaurante. Ayer, tras reservar con tiempo, tuvimos el gusto de conocerle en persona junto a su mujer María, en el trascurso de una cena deliciosa. Comer en una mesa compartida, si la compañía está bien elegida, le da un plus al momento, Juan, acertaste al 100%, cenar con dos moteros como Josep y esposa, incrementó con mucho el valor de la ocasión. Nos gustó ver como Juanito y María le dan ese toque personal al trato al cliente y comparten asiento con el cliente para ajustar el menú, aconsejando sabiamente la elección del cliente. Unos espárragos verdes con huevo frito y unas excelentes anchoas de Cadaqués, conformaron nuestra elección para los primeros, a los que se añadieron unas excelentes gambas de Roses a la plancha, condimentadas deliciosamente con una pizca de pimienta, y un rodaballo a la plancha sin "chuminadas", que nos supieron a gloria, completaron el segundo. Un blanco catalán regó primeros y segundos. Y llegó la hora de los postres en agradable compañía; María nos recitó su larga lista de excelentes postres y nos quedamos, no por falta de ganas de haberlos probado todos, con dos de ellos: un chocolate sobre una tostada con unos granitos de sal y un chorrito de aceite y un helado de turrón sobre una ligera cama de azúcar caramelizado. Si el chocolate nos encantó, el helado de turrón nos llevó a la gloria. Juan, todo un placer. Volveremos sin duda.