A Carmiña

Estando de viaje, hemos parado en Cabezón de la Sal a comer y hemos comido aquí. Tienen una carta escueta pero variada. Hemos pedido 3 cosillas. Patatas dos salsas, con brava y alioli, las salsas eran de bote. Solomillo en salsa de queso, la carne jugosa y la salsa de cabrales muy rica (lo más recomendable de hoy). Caracoles con jamón, hechos con una salsa blanca a base de cebolla y harina, no los más sabrosos que hemos comido pero ricos. De postre, un flan de café. Los importes de 1,20€ corresponden al pan; 2,90€ y 2,40€ a la botella de agua y al botellín de Estrella Galicia. Tiene una parte en la parte de arriba muy agradable, con unas cuantas mesas y sofás. Los baños también están arriba.

Llegamos a las 15h a Cabezón de la Sal y en los dos o tres sitios que preguntamos, estaba lleno. Llegamos de casualidad a este sitio y nos llevamos una agradable sorpresa. Hay 3-4 mesas en la terracita, que están en una calle tranquila sin mucho paso de gente, y dentro está bonito decorado. La comida estaba riquísima, la verdad. Pedimos unas rabas, unos solomillitos con queso y unos pimientos del padrón. Todo delicioso. La camarera super amable, en cuanto nos sentamos nos pidió nota de la bebida y nos la trajo súper deprisa, y la comida también la sacaron bastante rápido. Lo recomiendo, se come bien y se está a gusto, y el personal es amable...poco más se puede pedir!