Toledo Cafeteria Restaurante

Entramos en la cafetería y nos sentamos en una mesa. En otra cuatro señoras sin nada en su mesa. En la barra un grupo de cuatro o cinco personas. No viene ningún camarero a preguntarnos qué vamos a tomar. Preparo el dinero y lo dejo en la mesa. Saco el teléfono y veo las fotos tomadas anteriormente, en otro teléfono actualizo el tiempo. A todo esto sigue sin venir ningún camarero. Miro para donde las señoras y siguen con los brazos apoyados en la mesa vacía. Miro para la barra y el grupo se ha ido. Los camareros al final de la barra. Después de más de 14 minutos esperando, nos levantamos y nos vamos. Dejamos a las señoras, sin su consumición, y a dos en la barra. La terraza del exterior no estaba llena, por lo que no entiendo esto, quizá es que entre tantas sillas vacías no nos vieron. 30 de agosto, 20:48

Establecimiento clásico y elegante. En días de sol, esplendida terraza. Muy mal servicio. Cómo me pueden decir que las ranas van a tardar mucho, mejor patatas fritas que son de sobre. Se levantaron varias mesas por falta de atención. A unos jóvenes extranjeros les dijeron que no podían comer hasta después de las 14.30. Allí seguían a esa hora y nada les ofrecieron. El camarero era incapaz de servir dos mesas a la vez. A todos los clientes que "cuando pueda, por favor", les daba una contestación de este tenor: ya le he visto, tiene que esperar. "Estoy solo tendrá que esperar". Hacía mucho que no veía una cosa igual. Los dueños, encargados, etc. no hacen nada?

Todo iba bien( buena comida, camareros amables) hasta que llegó el encargado a ofrecernos los postre del menú. Le pregunté si podría cambiar el postre por una infusión de manzanilla. Me contestó con el NO más seco y borde que puede existir. Nos fuimos sin querer postres, sin dejar propina y jurando no volver a pisar aquel rancio lugar. Qué poco cuesta ser amable...

El encargado desagradable a más no poder. El servicio de esta persona pésimo te trae la comida fría, las botellas agua rotas y encima tiene problemas con el dataono después de probar con tres tarjetas diferentes de diferentes bancos se niega a reconocer que el fallo es suyo. En fin atención nefasta la de esta persona. Por suerte el resto de camareros en concreto el argentino amable, educado y atento.