Pulpería Vermutería Florines

Bueno. Costumbres aparte. El pulpo como (tapa) más no como plato principal no estuvo mal, para no decir básico, en mi humilde opinión la preparación del pulpo tiene mucho juego, pero entre gustos los colores. La atención compensa la simplicidad del producto y el estado cutre/descuidado del local. No es lo que cocinas, si no como lo cocinas. La comida tiene que ser apoteosica. Aportar al comensal sensaciones. Que según dejes el plato ya lo extrañes. Que después de degustarlo te preguntes como pudiste vivir tanto tiempo en este mundo sin haber probado ese manjar. Que las ganas de volver a experimentar ese extasis no te dejen vivir y que siempre te inventes una escusa para darte ese capricho y una vez que lo engullas tus labios tiemblen, tu piel se ponga de gallina y tu entrepierna se ponga húmedo.

Hay que ir a Florines. El vermú de la casa, buenísimo; lo preparan con gusto y dedicación. El pulpo, espectacular; las croquetas de cecina, ídem; las patatas... Todo está riquísimo en Florines. Buenísima calidad. La atención inmejorable; el personal es atento y encantador. Volveremos seguro. Recomendable 100%.