Restaurante "la Petite Bretagne"

De los mejores sitios que he comido por no decir el mejor. Mi familia y yo entramos sin muchas expectativas pensando que era un restaurante estilo británico ya que es lo que se suele ver por la zona y sin embargo gracias al destino era un restaurante francés. La mujer que atiende es encantadora y cercana y el chef se nota que hace las cosas con muchísimo amor a la comida. Pedimos entrecot, pata de cordero lechal y croquetas locas, estaba todo buenísimo, es imposible describir lo bueno que estaba, hasta las verduras que se suelen dejar en el plato tenían un sabor increíble y no dejamos ni una sola verdura, el puré de patatas casero y delicioso, la carne espectacular y las croquetas una maravilla, para más decir las croquetas eran para mi niña de año y medio que no come nunca y es muy tiquismiquis con la comida y sin embargo se las comió todas y incluso pedía más. Un sitio encantador al que sin duda volveremos.

¡UNICO E IMPRESIONANTE! Tras comer aquí me parece que 5 estrellas son pocas. Entramos en familia sin esperar mucho porque los sitios pegados a la playa suelen vender más sitio que calidad, pero hemos quedado SUPER IMPRESIONADOS. En nuestra ciudad tenemos sitios especialistas en carnes ¡y no le llegan a la suela de los zapatos en sabor y textura! El *entrecot de 200g* tiene un sabor increíble, las salsas se enlazan perfectamente con una carne sabrosa con sabor a carne de verdad, con unas guarniciones y verduras que dejan de ser un añadido vistoso al plato y se convierten de una paleta de color a una paleta de sabores que da otra vuelta al plato. La pata de cordero lechal es, como el entrecot, otra maravilla de sabores, con un profundo sabor a cordero que seduce al paladar, con una salsa que es imposible marinar mejor con una carne como en este plato, con un puré de patata casero con una textura y sabor inmejorables y nuevamente unas verduras exquisitas. Añadimos a esto unas croquetas "locas", 6 unidades de diversos pero intentos sabores condensadas que merecen totalmente la pena aunque buscaría los platos franceses. Sin duda volveremos antes de volver a casa tras las vacaciones y cuando volvamos a Benalmádena volveremos a comer aqui, un restaurante con sabor a Michelin pero precios super competitivos. Muy amables y cercanos, gracias a Eliana y al chef Christoff por brindarnos está experiencia culinaria que no olvidaremos, ¡¡¡nuestra familia os desea la mejor de las fortunas!!!

¡Espectacular! Una explosión de sabores muy recomendable. Cada plato, tiene un trato y un mimo especial. Todo es de cocina tradicional francesa, como hacían sus abuelas, así nos comentó la camarera que nos sirvió traduciendo las palabras del Chef francés, pedimos: Ensalada Poul Fetan Mejillones a la Brasa al estilo La petite Bretagne Ronda de Croquetas Locas Foie gras de Pato Casero Escargots de Borgoña (Caracoles con mantequilla) Magret de Pato a la parrilla con salsa de citricos Chuleta de cerdo con salsa de miel y mostaza, patatas fritas, huevo y ensalada. Estaba todo magnífico, es cierto que un servicio lento y distendido, llegamos a las 21:00 y nos fuimos a mas de las 00:00 es un sitio para ir tranquilamente, sin prisas y a disfrutar. Todos los trabajadores son muy profesionales y atentos. Lo recomiendo encarecidamente, esta al lado de la playa y es algo diferente que ofrece la zona fuera de cualquier cadena comercial o comida tipica para guiris. Por tanto, a quien le guste la buena comida, os ánimo a ir.

Excelente en la calidad de los alimentos que hacen del plato un riquísimo manjar! Además cuidan muchísimo la presentación de los platos y el trato a los clientes. Nos pedimos los mejillones a la marinera con patatas fritas, una dorada con arroz y una galette nórdica, y acertamos con todo! Desde luego, es un restaurante francés muy recomendable! Seguramente volveremos cuando vayamos a Benalmádena. Está muy bien situado, cerca de la playa y del parque de la paloma, donde aparcamos el coche.

Todo excelente comimos con nuestros hijos pequeños, unas salchichas y croquetas con patatas, y una bola de helado de postre, nosotros cominos unos mejillones especialidad de la casa y una lubina al horno estupenda. La dueña es una estupenda anfitriona y el cocinero tiene muy buena sazón. Recomendable al 100%, la relación calidad precio es muy buena.

Restaurante tranquilo, para una comida relajada y a gusto. La atención muy buena. Nos explicó la carta y recomendó muy acertadamente. Comida francesa casera recién preparada. La sopa de cebolla excelente, así como el muslo de pato. Los mejillones muy ricos. La tarta de manzana que tenía recién hecha de postre tenía una pinta estupenda, pero acabamos llenos... Así la tenemos pendiente para una próxima visita...