Pequeño restaurante con un ambiente acogedor.
La comida está bien servida y muy buena.
Hay terraza exterior.
Se puede ir durante el dia, tanto para desayunar como para cenar.
Tienen tapas variadas y también carnes asadas de diversos tipos.
El desayuno con el bocadillo de lacón a la brasa era ESPECTACULAR! Tengo muchas ganas de ir a cenar porque tienen muy buena carta y muy buenos precios.
Gran variedad de tapas y platos y a un precio muy bueno!
La atención del personal es excelente, muy amables.
Hemos ido por primera vez y nos ha encantado. Un local pequeño con mucho encanto, un ambiente tranquilo, con música relajante. Una atención excelente. Vino por copas de calidad y a su justa temperatura. La única pega respecto al ambiente es que dejaron la puerta abierta y entraba algo de fresco en el lugar que estábamos sentados, aunque había sitios más resguardados.
La comida estuvo bastante bien. Esta vez sólo hicimos un picoteo, pero volveremos a por más. La ensaladilla rusa riquísima. El mollete de lacón a la brasa, espectacular. Lo que menos nos gustó fueron los calamares a la andaluza, que nos parecieron un poco secos e insípidos. Pero tienen una carta extensa en la que seguro que encontraremos cosas muy ricas. Os podéis fiar porque vengo de la tierra de los molletes y el pescaíto frito :P
Además, el precio nos pareció adecuado.
Un sitio para volver.
Casualmente entramos aqui a cenar y nos acabamos llevando una grata sorpresa. Ambiente íntimo y acogedor. Tapas y platos de un sabor espectacular y oferta bastante variada. La sangría está buenísima, y el trato de Jimmy muy familiar. Pensamos volver sin duda
Buenisimo. No es el local más cómodo del mundo, pero el trato y la comida son espectaculares. No hay plato malo. Especialmente el mollete de lacón. Un menú muy bueno.
Francesc Vazquez Puliol
+5
Si existe la lista de mejores restaurantes de Barcelona. Este figuraria en los primeros puestos, carta rápida, sencilla, pero cada cosa que està en ella esta preparada con esmero y gusto de estrella Michelin.
Muy Recomendable. La atención de su dueña Flor es un verdadero lujo. La calidad de los platos y su gran sabor, hace que uno se pare de pie para aplaudir. Salmón a las brasas, mejillones al sítrico, el Rabo de toro. Somos habitués del lugar porque es una verdadera joya oculta en el Barrio.
Un sitio familiar con mucho encanto, se come muy bien y la música que ponen es genial! Muy recomendable!
Solo he ido a desayunar pero me parece un sitio tradicional con comida casera. Tiene muy buena pinta.
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