Fuimos a cenar, nos enseñaron la carta, bastante corta pero muy prometedora. Todo casero y de temporada. Vinos sin sulfitos y de autor. Comimos un entrante a compartir de tartar de corvina que estaba espectacular. De segundo queríamos compartir para probar un plato de gnochis al regu de jabalí y spaghetti con salsa de gamba de Palamós y botarga. Al decirle a la camarera que queríamos probar los dos, Nos sugirió servirnos las raciones en dos platos separados para que los pudiéramos probar los dos, lo que nos pareció muy buena idea.
Los platos estaban exquisitos y se notaba que la elaboración era casera.
De postre pedimos Canolli y panacotta, dos postres típicos italianos, caseros y riquísimos.
Para acabar nos obsequiaron con un café ristretto buenísimo.
El trato fue increíble y además pudimos cenar acompañados de nuestros perros, cosa que nos encantó.
Sin duda repetiremos hasta probar toda la carta.
Precio medio a corre con la calidad de los productos ofertados.
Sitio pequeño, acogedor, de luz tenue y muy tranquilo.
El sitio es pequeñito, apenas unas cuántas mesas en un solo comedor al lado de una barra. Muy íntimo, un poco oscuro pero hay lamparitas sobre las mesas. Es un italiano con predominio de platos con pescado.
La pasta yo diría que te la hacen al momento, está perfectamente al dente. La ensalada de burrata está muy buena.
Lo único que resaltaría es que la carta es bastante reducida con lo cual no es un sitio que se preste a ir muy a menudo porque tienes poca variedad de cosas entre las que elegir pero nos pareció de una calidad estupenda y los platos estaban bastante bien elaborados.
A destacar un cava Blanc de Noirs que maridaba de forma exquisita con todos los platos que pedimos. El personal de sala extremadamente amable. Felicidades.
Es un restaurante italiano pequeño y acogedor, con buen ambiente y una decoración muy bonita. Los camareros son muy amables y la comida estaba realmente bueno. Lo único a tener en cuenta que es algo caro.
Comida a simple vista sencilla, pero con estupendo sabor. Excelente atención, servicio, vinos, carta y postre. Muy recomendado
Lugar mágico, con comida italiana original, fresca y por supuesto buenísima. Muy acogedor y un servicio amabilisimo. Muchas gracias meneghina!!
Un tesorito escondido en una callejuela y que lleva ya unos cuantos años a muy alto nivel. Lo visito desde hace un montón y no falla jamás. Si tienes cita en plan romántico, con un puntito bohemio, este es tu sitio. Cocina italiana apartada de tópicos. Buen servicio, poquitos vinos pero certeros. No hay que perdérselo bajo ningún pretexto.
Buena comida. Te cobran el pan pero no te lo dice, así que ojo.
Espectacular, increíble. Cocina italiana de calidad. La materia prima de gran calidad, pasta fresca. La burrata de las mejores que he probado. Carta de vinos italianos, te aconsejan el mejor según tus necesidades. Los postres no defraudan. Si la comida es espectacular el servicio no lo es menos siempre atentos amables te aconsejan .siempre con una sonrisa.recomendado 100%.seguro que repito. La decoración es muy sencilla pero al mismo tiempo le da un encanto especial. Local pequeño mejor reservar.
Una carta que combina platos típicos italianos con platos más experimentales junto un trato muy amable por parte del personal. El detalle de la vela y las copas de cava por el cumple de mi novia nos encantó. Un restaurante ideal para ir en pareja.
Lugar íntimo y agradable. Trato excepcional. Y la comida deliciosa: pasta fresca y entrantes con fusión de estilos italiano y catalán. El cannoli de postre es espectacular y si café especial vale la pena.
Cambian bastante la carta. Repetiré.
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