Vermuteria La Raspa De Mandri

Fui por primera vez y me encantó. A los pocos días llevé a unos amigos. A todos les encantó. Sorpresa buenisima, las croquetas de " butifarro con cebolla caramelizada"...increíbles!! Con un camarero tuve un malentendido, cuando se lo dije directamente actuó muy educadamente y comprendí mi error. Me alegre de haber optado por hablado con él. Que ir a traición poniendo una mala opinion. El segundo día que fui me recibió con una gran sonrisa.

Salir de la tristeza y volver a la luz en La Raspa es posiblemente una de las mejores decisiones que se pueden tomar. El futuro que empiece en cuanto salgas de allí, que lo harás seguro con una sonrisa en la boca. El establecimiento es fino, pensado y cuidado, de sillas cómodas y el detalle de las mesas de mármol es magnífico, amplio, con el género a la vista, igual que parte de la elaboración, la más importante. Género salido de una pescadería Top de Barcelona, Olivé, inmejorable a buen seguro. Te vas a sentir como en casa, el grupo de camareros dirigido por Rafa lo van a conseguir de una forma desacomplejada, directa y cordial, y con unas formas exquisitas. Un lujazo. La carta es amplia tanto para un aperitivo como para sentarte con tiempo a disfrutar de carne y pescado extrafresco. La caldereta de bogavante a la menorquina es una delicatessen, y el producto de cáscara dura o de pelar también, te lo preparan al punto exacto. Una cocina muy profesional y cuidadosa. En vinos te puedes sorprender, no tiene una carta de 500 referencias que cansa y confunde, sino una suficientemente variada con todas las opciones, para todos los bolsillos, que a mi modo de ver es acertada. No puede no verse la mano de Francesc en todo esto. Mi consejo es que cuando salgáis pensando en repetir, visitéis otro día La Raspa de Moragas, os satisfará en otro marco. Ah, os aconsejo seriamente reservar, sobre todo si os gustan las terrazas.