Parking Sótano

Un buen sitio sin duda para ir con amigos. Las pizzas he de decir que están muy buenas y hechas en horno de leña y de manera artesanal, lo cual hace que el producto sea especialmente bueno. El local en si está muy bien decorado y es algo original. Lo que no me acaba de convencer es lo de que las mesas sean comunes y te pueda tocar compartir con desconocidos, algo que puede hacer de la experiencia algo incómodo. Pero sin duda es un sitio que recomiendo.

Hemos llegado por pura casualidad al estar paseando por la zona. Un amigo ya nos lo había recomendado. Pedimos guacamole de entrada, ensalada de rúcula y pizza de stracciatella de fuerte y excelente sabor y presentación todo. Un lugar con muy buen ambiente. Lo único el servicio, las camareras estaban discutiendo entre ellas por algo. La que nos atendió nos presionaba un montón para pedir cuando en la mesa solo teníamos un par de minutos de estar sentados y de simpatía bastante poco, eso opaco un poco la experiencia, pero del resto todo muy bien.

Las pizzas de parking pizza son geniales en cualquier de sus unidades la con huevos y trufas es mi favorita. El ambiente es descontraído aunque un poco más pequeño que el de Passeig de San Joan. A los que se sienten incómodos al sentarse sin respaldo de silla, no recomendaría ir allí porque casi todo son bancos. Fue posible coger una mesa sin reservas pero tuvimos que esperar algunos minutos.

Muy buen sitio para comer una buena pizza. El sitio es muy diferente al resto de restaurantes de pizza, muy moderno estilo industrial. La recepcionista nos atendió genial, muy atenta y detallista. Las pizzas están muy buenas, muy recomendables y puede decirse que hay variedad entre clásicas y alternativas. Los camareros están muy pendientes a los comensales y se agradece. Precio calidad muy bien. Recomendable 100%

He hecho la reserva por la mañana para el mediodía. Sin ningún problema. Había horas disponibles. El local me ha parecido precioso. Me encantan los locales con aire industrial. En el de arriba, la pizzería, el horno es el protagonista. En el de abajo, el de brasas, la isla central, donde cocinan y preparan platos, es enorme y preciosa. La comida es muy muy buena. He encontrado la carne (única opción de la carta) menos tierna de lo q me esperaba. Pero el sabor a brasa es insuperable. Los siders, más q correctos. Eso sí, algo caros para la ración q dan. Pero muy contenta. Seguramente volveré para probar las pizzas, q olían de escándalo.