O'rincón Da Terra

Lugar muy cerca de la estacion de Sants, buen sitio para dejar tu equipaje mientras te tomas algo, su terraza es un "callejon" privado suyo, por lo tanto puedes tomar algo sin temor a robar tu equipaje y pertenencias. Sobre la comida, pedimos calamares (caseros), tiernos, muy buenos. Las bravas, sin palabras, al cociner@ le felicitamos por esa salsa brava casera (se agradece casero todo), su flan casero de queso, sinceramente por 2.70 me hubiera tomando 4/5 mas. Sitio tranquilo, para esperar el Ave, o venir de un viaje largo. Mencion especial al camarero, atento, majo, sin duda repetiriamos. Enhorabuena.

Hemos ido a comer hoy por recomendación de un amigo, ya que no disponíamos de mucho tiempo (estábamos de paso para enlazar dos trenes) y cargábamos con maletas pesadas como para ir muy lejos de la RENFE de Sants. He llamado por teléfono y me ha atendido Katerin, súper agradable, tanto en la llamada como en persona. Al decirle que teníamos que coger un tren en breve y llevábamos maletas, nos había guardado un sitio con espacio y han estado pendientes de atendernos rápido. El camarero que nos ha servido, Alejandro, también muy amable y atento en todo momento. De hecho, esperaba algo para salir del paso, pero nos ha sorprendido tanto, que he decidido aprovechar el trayecto posterior en el tren para escribir la reseña. Hemos comido menú del día por 13€ (había otro especial por 21 con otras opciones pero era más que completo ya) y he de decir que increíble la calidad y variedad de opciones para ese precio. Cuenta con un primero, segundo, bebida y postre o café, incluido el pan. Hemos escogido una ensalada mixta con jamón, que era enorme y muy completa (llevaba zanahoria, tomate fresco cebolla, lechugas variadas...). Y de segundo, yo la lubina (entera y de buen tamaño) a la plancha con verduras y mi acompañante, butifarra con patatas. De postre una tarta de Santiago y en mi caso, café. Las bebidas aguas individuales de medio litro. En resumen, un lugar que ofrece una alternativa saludable a la comida precocinada que a acabas pagando a precio de oro en una estación de tren o aeropuerto, a tan sólo 1 min andando. La verdad es que repetiría incluso sin tener que coger un tren, únicamente por probar más platos y la simpatía de sus trabajadores.