Ristorante Italiano Pizzeria

A pesar de ser un Restaurante Turístico, la comida es de muy buena calidad. La atención no es muy buena. Los precios son altos, pero los productos son de primera. Para cerrar café es excelente, los canoli de muy buen sabor pero le faltó el crocante del mismo. La Focaccia Luiggi es espectacular. Las pastas de salmón con crema y Frutti di mare muy buenas.

La decoración del local crea un ambiente cálido y bonito, aunque las cartas que nos dieron estaban bastante descuidadas y arrugadas. Aún así, disponen de código QR para leer el resto de la carta. La hoja que contenía las sugerencias del chef nos la dieron con los postres, por lo que no vimos algunos platos que nos hubiese gustado pedir. La pasta estaba exquisita pero la pizza nos costó bastante digerirla por lo que no volvería a pedir una… por otro lado, el coulant de pistacho es sabroso y el tiramisú es muy bueno también.

Tanto el ambiente como el servicio están muy bien. Te sientes muy cómodo y el sitio es muy acogedor. Por su parte la comida no es nada del otro mundo. No recomiendo para nada pedirse el provolone, ya que por si solo (el tarrito con el queso fundido) ya vale 12€. Si lo queires acompañar con algo ya que no te lo vas a comer a cucharadas, te recomiendan que pidas el pan de pizza, que son otros 8€, por lo que el entrante te sale a 20€, lo que me parece una barbaridad. Por lo demás lo que comimos, la carbonara no era una locura, pero no era nada del otro mundo.