Homo Sibaris Izakaya

Tenía pendiente ir a probar este Izakaya. Habíamos estado en La Cuina de l'uribou y al poco vi que su chef formaba pareja con otro socio para esta taberna japonesa donde además maridaban con cerveza artesana, otro de nuestros fuertes. Reservamos para las 20.30 y al llegar éramos los únicos, pero fue bueno porque después empezó a llenarse e iba a tope el servicio. El lugar es pequeño pero la iluminación y decoración son perfectas. Cuando se llenó, costaba escuchar la música que tenían de fondo, había algo de follón, pero no muy exagerado. Decidimos probar diferentes tapas: edamame, mejillones al sake, verduras marinadas en miso y unos kushiage de solomillo de cerdo. La verdad es que estaba todo muy rico, se nota la calidad del producto. Lo único quizás a mencionar es la ración de los kushiage nos pareció muy pequeña, si sirvieran 2 pinchos en vez de uno sería perfecto. Las cervezas artesanas son perfectas para degustar con los platillos. De postre, el mochi de té verde, increíble! Es de la pastelería japonesa Ochiai. Mencionar también el café, muy bueno! Volveremos seguramente a probar los platos "grandes".

Puede que no sea lo más barato del mundo, puede que los platos sean kind of minimalist as y puede que tengan una afición insana por la cebolla (2 de los tres platos que pedimos la llevaban) pero, os diré una cosa, merece la pena cada céntimo. La cerveza ayuda a llenarte mientras los armas y la textura de los platos te conquistan. Un agradable descubrimiento en un rincón escondido de Sants.