El Furacu

Repetimos por segunda vez y volveremos muchas más. La fabada increíble igual que los cachopos, pedimos los dos platos para compartir, las porciones son abundantes. Aparatado a parte para los postres, flan y arroz con leche caseros. Se nota el cariño con que estaba hechos los platos. Todo muy hogareño. Muy recomendado!

Restaurante de comida asturiana. El sitio es bonito y el trato que brindó el personal fue excelente (mención especial al dueño, un señor encantador y muy educado). Probamos los choricitos a la sidra y una fabada asturiana exquisita de primero. De segundo cachopo del que me sorprendió que no estaba rebozado con pan. Estaba muy bien hecho y tenía mucho sabor. Si te gusta la comida asturiana es un lugar al que indudablemente hay que ir a probar

Un restaurante no muy grande pero con buen espacio entre mesas, la atención fue muy buena, el dueño es simpático y atento y la comida tardó poco tiempo en llegar. Los cachopos son algo más pequeños que los de otros sitios que he probado pero muy bien elaborados con buenos ingredientes recomiendo el cachopo chosco, las croquetas crujientes y el relleno muy cremoso en su punto perfecto. Volveremos

Asturiano auténtico de primer nivel. Buen servicio, trato muy cercano y divertido del dueño, de Asturies. Fuimos a lo clásico y no fallamos: choricitos a la sidra, tortilla de bacalao (espectacular), fabada (brutal, servida en la cazuela para que cada uno se ponga cantidad a su gusto) y un entrecot de vaca rubia con sus patatas fritas caseras (la próxima vez pediré la carne más cruda, pero aún y así estaba muy tierna y sabrosa). Hay que decir que las fotos no le hacen justicia porque la fabada ya la habíamos servido, y del plato de carne ya faltaban algunos trozos 😂😂 Comimos 3 personas por 97€ con agua, dos copas de vino, una cerveza y un solo postre (flan casero muy rico).

Una locura este lugar de comida asturiana. Todo lo que comimos estaba delicioso, sobre todo los platos con queso cabrales una delicia. Los cachopos espectaculares, también los pescados. Te sirven la sidra con un muñeco muy simpático. Platos abundantes y de una calidad sobresaliente. Precio razonable. Tremenda panzada.