1881 Per Sagardi

Comida rica en un entorno bonito, con vistas y terraza agradable. Opciones vegetarianas cosa que agradezco profundamente. En mi opinión el precio de los vinos fue demasiado elevado en comparación con el precio original. Entiendo que haya que haber un beneficio pero me pareció excesivo. El milhojas buenísimo, pero la ración la encontré escasa.

Fuimos a la hora del vermut tipo 3 de la tarde, me tome un rico vermut y mi acompañante una copa de sangria, picamos la escalivada, las croquetas de gambas, los buñuelos de bacalao, las alcachofas con jamón y nos regalaron unas banderillas/brochetas de guindilla, anchoa y aceitunas muy ricas! Excelente la atención de los camareros… volveremos a ir también pedimos agua y un cóctel más…

Charming restaurant located at the fourth floor of the Museum of History of Catalonia. Wonderful terrace with a view on the harbour of Barcelona, tables are inside, with glasswalls on the terrace, which can be accessed and hosts bars for drinks. We made a reservation by phone at 19.45, and they found a place for us (3 people) in an hour, even if the online reservation system showed no availability until 22. The quality of the food is good, granted by the Sagardi group. You are welcomed with a skewer of olives, peppers and anchovies, a proper pintxo. They brought us bread, which we did not ask for, and which we needed to pay (without letting us know). We had the atun tartare, which came with a small salad and bread, very tasty, and the artichokes with ham. This was just ok, as artichokes were not the best (not grilled, just the inside of the vegetable), I would not have them again. We then ordered the grilled cod, which was ok. We ordered the vaca vieja steak (chuletón) and a large salad. They do not show the raw meat before cooking it, which was delusional, in fact I would have asked for another steak as the one they served had much fat that we had to leave. The meat flavour was amazing, though, and nicely cooked. The salad was absolutely not worth the 8 euros (just lettuce with some onions, we asked for no onions). All dishes but the meat came with a piece of chives - quite repetitive. Dessert: the catalan cream was good. The chocolate with salt and bread on the side was ok. We had a ratafia. The service was good, Andrea was very kind and able to speak Italian, helping some of us who were not speaking English or Spanish. The price is acceptable for some dishes, unnecessarily high for others. I would go again, just for the meat, but will ask to see it ahead of cooking, but this is not an unmissable place to me. Reservation is recommended. Paellas are available for a minimum of 2 guests. ---------- Restaurante con encanto situado en la cuarta planta del Museo de Historia de Cataluña. Maravillosa terraza con vistas al puerto de Barcelona, las mesas están en el interior, con cristales en la terraza, a la que se puede acceder y alberga barras para tomar copas. Hicimos una reserva por teléfono a las 19.45 y nos encontraron sitio (3 personas) en una hora, aunque el sistema de reservas online no mostraba disponibilidad hasta las 22. La calidad de la comida es buena, otorgada por el grupo Sagardi. Te reciben con una brocheta de aceitunas, pimientos y anchoas, un pintxo en toda regla. Nos trajeron pan, que no pedimos y que tuvimos que pagar (sin avisarnos). Comimos el tartar de atún, que venía con una pequeña ensalada y pan, muy rico, y alcachofas con jamón. Estas estuvieron buenas pero no excelentes, porque las alcachofas no eran las mejores (no asadas, solo el interior de la verdura); no las volvería a comer. Luego pedimos bacalao a la parrilla, que estaba bien. Pedimos el chuletón de vaca vieja y una ensalada grande. No muestran la carne cruda antes de cocinarla, cosa decepcionante, de hecho hubiera pedido otra pieza ya que el que nos sirvieron tenía mucha grasa que tuvimos que dejar. Sin embargo, el sabor de la carne era increíble y estaba muy bien cocinado. La ensalada no valía en absoluto los 8 euros (solo lechuga con un poco de cebolla, no pedimos cebolla). Todos los platos, excepto la carne, venían con un trozo de cebollino, bastante repetitivo. Postre: la crema catalana estaba buena. El chocolate con sal y pan al lado estaba bien. Tuvimos una ratafia. El servicio fue bueno, Andrea fue muy amable y hablaba italiano, ayudándonos a algunos de nosotros que no hablábamos inglés ni español. El precio es aceptable para algunos platos, innecesariamente elevado para otros. Volvería otra vez, sólo por la carne, y pediría verla antes de cocinarla, pero este no es un lugar imperdible para mí. Se recomienda reservar. Paellas disponibles para un mínimo de 2 personas.