Restaurante La Carassa

Muy cerca de la catedral del mar, ambientación muy eclectica, servicio muy cálido, alucinamos con el cocinero que nos brindó un concierto de piano y de guitarra alucinante. Es un sitio de fondue, la comida es de gran calidad, es un menú en el que puedes elegir la de queso o la de carne, más una de chocolate y fruta, la bebida no está incluida. Destacó el baño, es de los mejores que he visto, limpio, con hilo musical muy agradable y hasta con tampones, lo cual se agradece. Muy recomendable, tiene 2 plantas, por lo que las personas con movilidad reducida pueden acceder a la baja.

Un ambiente único, íntimo, con una atmósfera muy particular, ideal para una noche romántica. Si como a mí os gustan las mesas con mantel, velita y flor natural, éste es vuestro sitio. El servicio rápido y muy amable, pendiente de cualquier necesidad. El menú consiste en una oferta cerrada, pero flexible, de foundes. Founde de quesos, variado de carnes que puedes hacer en founde de cava, caldo o vino especiado (que fue nuestra elección). Yo no como carne pero mi acompañante la encontró deliciosa. También puede hacerse a la piedra (aunque esta opción no estaba disponible en verano). Se sirve acompañada de un surtido de salsas caseras a cual más rica y una pequeña pero más que suficiente y deliciosa ensalada. Y para redondear la noche, y la pancita, el dulce broche final con una fondue de chocolate con frutas variadas y algún melindro. Como digo la oferta es fórmula cerrada pero se esfuerzan para adaptarse a las preferencias y necesidades del comensal ofreciendo, por ejemplo, la posibilidad de doblar la founde de queso para los que prefieren no comer carne o reducir la ración si se solicita. Bodega correcta, nos encantó el Somontano. Para volver, sin dudar, y para tenerlo en agenda para cuando una noche especial se requiera.