La Bodega D'en Rafel

DESASTRE Somos clientas hace mucho tiempo y es una pena como bajó la calidad, supimos que hace como 2 años cambiaron de dueños y se nota mucho, siempre fue una bodega del barrio, llena de gente local, con comida muy rica y casera, anoche volvimos a ir luego de 6 meses de no ir y empeoró mucho mas, mucho frito y gusto a aceite viejo, los vinos calientes. Lo bueno que conserva es la atención, las camareras de toda la vida de la bodega, que siempre da gusto verlas y recibir su atención.

Local muy encantador, con gran variedad de tapas y diferentes carnes y platos.. El servicio es un homenaje a lo autóctono y con un saber estar encantador..hasta la cocinera súper simpática muy servicial y agradable, describiendo todos los productos y elaboraciones..Nos encantó el ambiente y la complicidad que hubo entre varios clientes en conversar..detallazo de última hora con un chupito de Ratafia. Una gran experiencia repetiremos podéis estar seguros

Fue una buena alternativa de sábado por la noche. Siendo las 11pm y con varios locales alrededor con cocina cerrada, aquí pudimos comer y tomar. El vermú de la casa de sabor agradable, así como las salchichas. Vimos los postres y nos tentaron, aunque en la foto el coulant se vea desinflado, de sabor muy rico, dicen todos los postres son caseros. Quiero volver por la tarta de Santiago que tenía muy buena pinta. Las patatas bravas correctas. Punto a favor la linda atención de nuestra camarera, un amor y en la barra donde estuvimos al inicio también de parte del señor. Seguro volveremos.

Mi experiencia en la Bodega d'en Rafel fue muy agradable. Destaco el ambiente familiar y acogedor del bar. Las raciones no son muy grandes pero son perfectas para pedir unas cuantas y compartir entre varias personas. A destacar el pulpo, los pimientos y las croquetas. La camarera fue muy amable y atenta, y para terminar nos propuso una selección de postres que resultaron ser deliciosos, pero me quedo con la cheesecake y las trufas de chocolate. Sin duda, un lugar que vale la pena visitar si buscas una cena agradable y variada entre varios amigos.

Tenía muchas ganas de venir a la Bodega d’en Rafel por todas las opiniones que tenía y las reseñas que había leído. La espera ha merecido la pena: gran variedad de platillos de una tasca de toda la vida, ambiente típico (aunque un poco ruidoso, lo que no deja de tener su encanto), servicio rápido y atención de 10 (especialmente la de la camarera que nos atendió). Volveré para probar otras opciones de la carta.