Hisop

Un menú espectacular: de las mejores cenas que he tenido en mi vida. Fuimos a celebrar un aniversario y estuvo, con creces, a la altura de la ocasión. El menú y el maridaje eran excelentes, tanto la versión propia del restaurante como la vegetariana que prepararon a medida para mi acompañante. Un acierto asegurado, sin duda.

Hacía tiempo que no comíamos tan bien. Aunque fue el Menú del día y que es limitado a 2 entrantes y 2 principales, con los aperitivos y postres quedamos más que satisfechos. A reseñar unos maravillosos guisantes y el punto especial que consiguen en los pescados que quedan con un sabor sutil, delicado y buenísimo. Finalmente reseñar que tanto el pan como el café (2 productos maltratados en muchos Restaurantes) son perfectos, con sabor a pan y a café, que más se puede pedir!

Fuimos por mi cumpleaños y los platos muy bien, todos estaban buenos y una excelente presentación pero, en mi opinion, no destacan , hemos ido a otros de una estrella y los platos eran un abanico de sabor y emociones, recuerdo que en el Tres macarrons, era un estallido de emociones, indescriotible, el Lluerna que se te llena la boca de sabores, aqui no pasa nada, no hay enocion y los platos minúsculos, tanto que a pesar de hartarnos a pan, aun asi ni me he enterado, deseando llegar a casa para comer algo. Y lo que encuentro abusivo es que te cobren 6€ por el agua filtrada. El local correcto.

Pedimos el menú de degustación con maridaje y fue todo lo esperado, más allá de tener 1 estrella Michelin o no, el precio de acuerdo a lo experimentado estuvo bien, 110 Eu por persona, obvio, nada barato pero de nuevo, no es un restaurante para ir todos los días, es cocina de alto nivel ("de autor"). Prácticamente todos los platos eran muy buenos a más, pero 2 destacaron fuertemente y demuestran la habilidad en la cocina, especialmente la caballa, que fue un 11/10, algo nunca esperado y hubiera comido un plato principal de solo eso. Los postres estuvieron también adecuados y como argentino que haya quesos y dulce me sumó mucho también. Era mi cumpleaños y el chef (o sous chef) me prepararon una mini torta de chocolate, sencilla, con textura perfecta (un poco más rígido que un mousse), parecía tener algo de sal marina y fue una bomba de sorpresa para el paladar. Todo la cena fue un juego de texturas y pasando de lo cítrico, dulce, picante, salado y umami. Vale la pena la experiencia.