La Niña De Mis Ojos

En la Niña de mis Ojos, es más que un restaurante. Es una experiencia, cuando llegas te te envuelve su aroma, la decoración y sobre todo su personal. Tiene dos salas y un reservado que le llaman "El Clandestino". La comida es exquisita, la propuesta se basa en platillos para compartir. No puedes dejar de probar las patatas bravas, la ensaladilla rusa, las croquetas de pollo y sobre todo el Steak Tartar... eso sí deja hueco para el postre que la Torrija es lo más...

Restaurante situado en la calle Laforja, en zona Santaló. No destaca por su cartel y la calle es estrecha y poco iluminada, así que si no lo conoces, posiblemente te pierdas un sitio estupendo en la ciudad condal. Acogedor, temperatura ambiental correcta, no muy ruidoso, personal amable y atento. Local limpio y mesa sobria pero pulcra. Platos exquisitos, el canelón de osobuco, supremo, calidad y sabor de 10. Degustamos diferentes platos desde ravioli, croquetas, ceviche, canelón, brownie de postre.. Una delicia, (si hasta la patata brava estaba presentada de forma diferente y riquísima. Platos con la sal correcta, presentación cuidada. Sin duda recomendable. El precio lo desconozco por haber ido a un evento, pero creo que merece la pena pagar por comer bien. Recomendable 100%

Reservamos para 2 personas. Íbamos con 1 idea erróneamente pre-concebida del sitio (lúgubre o gris) y vaya sorpresa!. Un sitio luminoso, moderno. Trato exquisito desde el primer momento (nos recibieron con 1 sonrisa todos los camareros y el encargado). Nos dieron 1 par de recomendaciones fuera de carta y finalmente nos pedimos esos platos. Ya nos informaron desde el principio que los platos estaban pensados para compartir, así que ya recomiendo el sitio para parejas o grupos. Nos quedamos con las ganas de pedir 1 plato de bravas que tenía 1 pinta deliciosa. Lo recomiendo mucho y ya estamos pensando en volver.