Casa Marcial

Hospitalidad, oficio, tesón, buen gusto, delicadeza, tradición…. Son solo algunos de los muchos atributos que atesora esta gran casa. Es difícil hoy en día no dejarse llevar por modas y tendencias presentes en el sector. Sin embargo Casa Marcial, se mantiene en su esencia, la de una de esas grandes casas en las que se come realmente bien y se disfruta mucho del tiempo que dura la velada.

De las mejores experiencias gastronómicas que he vivido. Tenía muchas ganas de probar este sitio y he aprovechado mi visita a Asturias para darme el homenaje. Se encuentra perdido entre aldeas y la vista desde la mesa era maravillosa, montañas, campo, vacas y pitus. Nos decantamos por el menú intermedio de 165€ y quedamos muy contentos. No teníamos previsto hacer maridaje pero pensé que era el lugar adecuado para hacer el de sidras, la mejor elección que hice. Una variedad de sidras que dudo puedas probar en otros lugares. Además pedimos el arroz con pitu de Caleya y estaba delicioso, sabía a hogar. Las croquetas deliciosas, la kombucha muy curiosa, nunca he probado un salmón tan al punto como el que comimos aquí. La coliflor me pareció muy curiosa, uno de mis platos favoritos. Las judías verdes con bogavante me fliparon y las verdinas muy ricas. Para mi flojean un poco los postres y me quedé con muchas ganas de probar su fabada. Habrá que volver.

Hemos podido disfrutar del menú Vega en Casa Marcial y la verdad es que ha habido platos que nos han gustado mucho pero había alguno que no encajaba muy bien en la correlación de platos haciéndose extraño entre los demás. Algunos estaban realmente espectaculares y nos encantaron, sobre todo, los entrantes. Una buena experiencia que recomendamos a otra personas.

Casa Marcial es mucho más que un restaurante, es toda una experiencia. Disfrutar de combinaciones de texturas, ingredientes y sabores a priori imposibles es el gran reto que Nacho supera con creces. Calidad, buen trato y una gran profesionalidad. Nosotros fuimos los de la mesa de la entrada 😉. Menuda oportunidad de ver el trasiego tan bien orquestado, la sintonía y el buen hacer. Volveremos

Primera experiencia en un "michelin" y sin duda fue una experiencia inolvidable. Era para celebrar una ocasión especial y sin duda esta cena fue digna del momento. Atención de 10 en todo momento (desde que aparcas el coche prácticamente). Casa tradicional de la zona, muy agradable, bonito y tranquilo. Manteles, servilletas, cubertería, platos muy top. Y especial mención a las copas, la mayoría preciosas y de gran calidad. Fuimos a cenar así que no pudimos probar el menú más largo, pero aún así quedamos encantados. Todo riquísimo, sabores y texturas increíbles, y productos de altísimo calidad y cercanía. Muy bien cocinados. No podría hablar de cada plato porque se quedaría corta la reseña. Todo fantástico. Todo ello con el maridaje de sidras que fue extraordinario, muy bien elegidas para cada plato y muy ricas todas. Como decía antes, especial mención a las copas, me encantaron. El personal es de 10 también, muy atentos y amables y contándonos cada plato así como la historia del restaurante y del chef. Nacho Manzano al terminar el servicio se acercó a saludarnos y fue muy amable y agradable. Sin duda un restaurante que es para ocasiones muy especiales (según el bolsillo de cada uno) pero que merece muchísimo la pena. Muy recomendable al menos una vez en la vida!

Es para mi el mejor restaurante de todo Asturias y uno de los top y más recomendados de la cornisa cantábrica. Los conocemos desde que empezaron y siempre que vamos año a año Nacho nos sorprende con nuevas creaciones. En mi opinión es un chef que busca respetar el producto al máximo y lo conjuga con cocina de vanguardia. Pero no busques en sus platos el extremo de la cocina moderna, él busca un equilibrio perfecto y manteniendo la cocina de sus orígenes. Todos sus platos son recomendables, obviamente el menú largo es el que deberías probar si buscas sus últimas creaciones pero siempre tiene un menú más tradicional y no te puedes perder tampoco sus croquetas, sus tortos o su arroz con pitu. Y otro crack Juan Luis que recomienda siempre los mejores vinos y sidras. Sandra a cargo de la sala y la gestión pues otra crack! Toda la familia!! Hay que ir.

La experiencia gastronómica que ofrece Casa Marcial, es sencillamente espectacular. Todos y cada uno de sus pases, son sin lugar a dudas, excelentes. Cierto es, que hay unos pases, que desde mi punto de vista están muy por encima del resto, por su increíble explosión de sabores que encontramos al degustarlos. Llampares, guisantes, verdinas, vaca rubia y helado de koji, son platos para recordarlos siempre. El local, con cierto aire moderno en el interior; lo que me pareció más curioso, fue sus pequeñas ventanas que dan al valle, te hacen sentir como si estuvieras en una cabaña de montaña. La atención fue excelente, aunque explicaré un detalle más adelante que creo que no debe ocurrir en restaurantes de esta categoría. El personal fue muy cercano. Sandra se ve como una excelente jefa de sala, por su tranquilidad al tratar con el cliente y su bien hacen, creo que es un gran ejemplo para los jóvenes que les acompañan en el restaurante, que son unos grandísimos profesionales. Nacho, es una persona muy sencilla, que habla de una manera muy cercana con los clientes. El problema lo vi con el sumiller. Tengo clarísimo que es un grandísimo profesional y que tiene un amplio conocimiento de los vinos y sidras, pero, si somos 4 mesas en sala, no le puedes ofrecer el 70% de la atención a una, y el 30% al resto, sea cual sea el motivo; al final entiendo que entables conversación con ciertos clientes, pero sin olvidar las copas del resto de clientes, ya que se pueden quedar vacías, y seguir sirviéndose pases. Creo que estos pequeños errores no se pueden dar en restaurantes con tales galardones. Quitando este punto a corregir, debo decir que es una de las mejores experiencias gastronómicas que me llevo. Enhorabuena.

Esta visita ha superado todas nuestras expectativas, desde el primer momento la experiencia es de sobresaliente. Este año el menú ha dado un salto de validad incluso mayor de lo que venia siendo ya una visita excelente. El menú es intenso, y todos los platos tienen un nivel altísimo, acompañado por una selección de vinos por parte del sumiller excelente. Servicio impecable. Nos ha encantado!