Restaurante El Mandingo

Cocina de toda la vida… rica no. RIQUÍSIMA!! Merece la pena y mucho, desviarse hasta éste rincón escondido, no sólo por su amplitud de carta de pescados frescos, diversos cortes de carne, entrantes fríos y calientes para chuparse los dedos… sino sobre todo por el equipazo que lo integra, empezando por el Maître Tato y el Chef Agustín así icono el resto de la plantilla. Comimos raciones generosas de puntillitas, queso al horno, papas con mojo y almogrote, cazuela de gambas-pulpo y champiñones. Varias botellas de agua, tres postres (mouse de gofio, tarta de zanahoria y flan de huevo / todos caseros y espectaculares) y 4 cafés por poco más de 60€. Otro IM-PER-DI-BLE a la buchacaaaa!Volveremos seguro a probar los tacos de atún, el cherne, el calamar ‘frito’ y la carnaza que no parábais de sacar! Un ‘10’

Llegamos por casualidad buscando por google un sitio cerca para comer. El lugar está como en un pequeño polígono de naves metido en un callejón. A nuestra sorpresa comimos muy bien y barato y el camarero fué muy atento y amable. El local es súper grande, y tienen producto muy bueno sobretodo carnes. Pedimos ensalada y solomillo y la carne estaba espectacularmente tierna.

Restaurante de zona industrial, dónde comen sobre todo trabajadores de los alrededores y gente autóctona. Comida casera con muy buena relación calidad precio. Como en todo Lanzarote, lo más caro, es el vino ( cosa curiosa, las botellas de vino tinto de año, no bajan ninguna de los 18-20€ y se dispara si son crianzas o reservas ). Para comer pedimos unas patatas arrugadas con mojo.Muy rico. Un buen vino de Rioja, y muchas cosas ricas, que se pueden apreciar en las fotos. Bien de precio y de calidad, sitio más bonito por dentro que por fuera ( es un simple pabellón industrial ). Los postres también a la altura.

Un lugar de aquí, con comida de aquí con buenos precios para gente de aquí. Fuimos un grupo muy grande (22 personas) y se adaptaron perfectamente. Probamos de todo y fue espectacular, el pulpo y las vueltas de solomillo, todo un espectáculo. La cazuela de gambas, pulpo y champiñones fue una gozada. Los postres tampoco se quedaron atrás, el bienmesabe y la tarta de queso eran increíbles. El servicio también muy cercano y atento, muy recomendado y más si eres de aquí, que los precios en la isla no paran de subir y cada vez se puede menos salir fuera a comer comida decente.