Sagasta 11

Buscando hemos encontrado este sitio que nos ha encantado, muchas veces no hace falta tanta decoración y performing para comer de 10, un restaurante de toda la vida centrado en lo importante. Íbamos 7 personas, sin reserva, la terraza completa y nos han atendido estupendamente, nos han acomodado para tomar una cañita hasta tener mesa disponible. Destacar la atención de Sergio y todos sus compañeros, que nos han hecho sentir como en casa, un trato alegre y muy ameno. La carta es bastante extensa y la cocina se nota que tiene buenos cocineros, los platos salieron bastante rápido y estaba todo estupendo. Tomamos: -Melon con Jamón. -Boquerones fritos. -Agritos -Puntillitas -Fritura de pescado -Parrillada de verduras -Pulpo a la brasa Bastante calidad y frescura a un precio que realmente nos ha sorprendido para el lugar donde está. A destacar que la cocina no cierra prácticamente en toda la tarde y está abierta hasta la cena. Se nota que están implicados con el negocio e intentan dar el mejor servicio a su clientela. En fin, repetiremos algún día.

Un sitio agradable, con un personal muy amable y cercano -en concreto Sergio, que fue quien nos atendió-, y una comida excelente. Pedimos de primero melón con jamón y gazpacho, ambos muy ricos. Y de segundo, como no, una paella a banda para dos. Ponen muy buena cantidad de comida y no te quedas con hambre. Sin duda, muy buen acierto para comer un sábado!

La comida muy buena y los camareros de nota 10. Muy amables. La "pinta" de cerveza que sirven es de un vaso que engaña al ojo. Me quejé porque no me lo creía que era una pinta ya que no viene en vaso de verdad de pinta. Hice la prueba de un tercio de 330ml y la foto muestra que está casi lleno pero , luego el camarero vino con una botella de agua de 500ml y se llenó en el mismo vaso pero eso sí. Al RAS. Una mejoría sería cambiar los vasos de "pinta" a los que son de verdad.