Restaurante Chapeau

He estado después de la primera Mascletá de Luceros, pese a ser un día complicado, estaba el restaurante lleno, el servicio fue muy bueno. Elegimos un menú de 35€, de los cuatro que ofertan, y estuvo realmente bien, el ritmo fue acertado y muy bien, no nos faltó bebida en ningún momento. Lo peor fue lo estrechos que estábamos y el nivel de ruido qué tanta gente en poco espacio producimos.

Fuimos a cenar temprano y nos atendieron ( 8 pm). La comida estaba bastante buena. Pedimos croquetas de jamón y otras de queso bastante ricas, calamares a la romana, ensaladilla rusa y patatas bravas a compartir. Luego cada uno pidió una mini hamburguesa de buey y cebolla caramelizada. Y de postre pan de calatrava a compartir. La comida estuvo muy bien y el servio muy agradable. La única pega que me pareció un poco para para la cantidad de comimos, pero a parte de eso todo bien.

Personal amable y atento, uno de esos en Alicante sitios de toda la vida al que siempre vuelves. Tienen un menú del día muy apañado, variado y con muy buen precio. Tuvimos la suerte de probar el arroz de conejo con caracoles que entraba en el menú del viernes y nos lo hicieron al momento para nosotros. Muy muy rico. También tienen el detalle de traerte un mini sorbete de limón antes del postre.

Había comido en su taberna de la playa y quería probar su restaurante céntrico en Alicante. Solo puedo decir lo mismo, en esta ocasión fui a comer un viernes y tomé arroz con caracoles. Excelente. Repito lo dicho en mi visita a San Juan: Altamente recomendable. Una apuesta segura. Trato inmejorable y una gastronomía para todos los gustos. De mercado, buenos platos de cuchara, arroces de alto nivel y tapas muy variadas de alta calidad: gambas, pulpo, calamares, espectaculares patatas bravas, montaditos.... Ideal para comidas (de puchero, cuchara, arroces) y para cenar con su amplia carta de tapas, carnes o pescados. Y todo a un precio muy muy razonable.

Chapeau es un restaurante de toda la vida en el centro de Alicante, que cuenta ya con nada menos que 30 años de experiencia. En ese sentido, no es de extrañar que siga abierto, incluso a pesar de los estragos causados en la hostelería debido a la pandemia, pues precisamente el buen trato a la clientela y la calidad de sus platos son claves para entender su supervivencia. Cabe destacar la dedicación de Emilio, dueño de este local y su homólogo, ubicado en la Playa San Juan. No lo conozco personalmente, pero puedo asegurar que se preocupa por dar un buen servicio a los usuarios, llegando a ofrecer su móvil para mantenernos informados de cualquier evento y/o promoción en sus locales, así como solucionar cualquier incidencia si se diera el caso. Había ido a cenar en alguna ocasión en plan picoteo (muy recomendables sus montaditos, tostas, etc), pero este sábado hemos ido a comer y la verdad es que hemos disfrutado de una grata experiencia. No tiene terraza por estar en obras la calle donde se ubica, pero no somos fumadores y se agradece el local climatizado en plena ola de calor. Éste cuenta con una decoración y música ambiental, acordes a la estética y concepto del restaurante. Asimismo, los camareros te atienden con amabilidad, ofreciendo un servicio bastante ágil y por supuesto, unos platos bien presentados y con ingredientes de calidad. Por ello, el nombre no podía ser más acertado, ya que "¡Chapeau!" es una expresión francesa empleada en gran parte de Europa como muestra de apreciación o respeto, dando a entender que lo pertinente sería quitarse el sombrero para hacer honor a alguien o algo. Así que finalizo mi reseña con la expresión en castellano: "¡Chapó a Emilio y su equipo!" 🍽️🎩😊 Gracias por vuestro buen hacer. Esperamos volver pronto, Feli

Buena experiencia en este restaurante. Para picotear nos pusieron cacahuetes salados. Las croquetas que pedimos estaban increíbles, se nota que las hacen caseras. La presa estaba realmente espectacular, hay que pedirla sí o sí. También pedimos las habas con foie y jamón, que estaban ricas pero la ración era escasa. De postre, pedimos el coulant con helado de mantecado, que nos encantó. Además, nos invitaron a unos sorbetes de limón, muy ricos. Atención y ambiente muy buenos. Volveremos!