Sanxo Panza

La oferta gastronómica aunque ajustada tiene buena calidad en la ejecución como en la presentación, un gran trabajo en la cocina para unos platos muy interesantes. El espacio del local se antoja ajustado dada la configuración de mesas, quizá demasiadas para unas dimensiones reducidas, algo que deberían replantearse si el objetivo del negocio es dar una experiencia culinaria en un ambiente distinguido. En cuanto al servicio, sensaciones dispares entre la gestión/dirección en la sala y la ejecución... la ubicación de la mesa como el tiempo de atención estuvieron muy por debajo de las expectativas de lo que cabe esperar de un restaurante del nivel que pretende ostentar, por lo que la alta puntuación en el servicio se debe casi en su totalidad a las personas que atendieron la mesa, como Johnatan, un auténtico profesional que no pierde de vista cualquier necesidad de la mesa en ningún momento para que el recuerdo de la velada sea inigualable; gracias por su compromiso y profesionalidad.

Lugar de comida fusión muy top en pleno centro de Alcalá. Destaca la decoración del local, con varias mesas muy acogedoras y un servicio muy atento del personal. Si les preguntas te sugieren tanto vinos como platos según los gustos. Carta con variedad de platos muy al estilo cervantino. Explican los platos en la mesa y calidad-precio no es caro teniendo en cuenta que es comida fusión y son platos elaborados. De cantidad bien. Pero si tengo que destacar aparte de su ensaladilla rusa (la media ración ya es contundente) es sobre todo el tataki de salmón. Buenísima cantidad, calidad espectacular del salmón y muy buena combinación de sabores con toques cítricos. El postre de Cacao en origen para los buenos amantes del chocolate puro. A pesar de ser puro no empalaga porque la cantidad es perfecta para cerrar la comida. Para repetir.

La verdad es que me sorprendió gratamente. Es una cocina fusión castellano-japonesa en la que destacan tanto la presentación como el sabor. Los detalles están muy cuidados y la mezcla da un resultado excelente. No arriesga con la decoración del local ya que sigue la línea que, desde hace unos años, toman la mayoría de restaurantes. Pero es agradable. Apostamos por las gyozas y los moxi, como entrantes, y estaban muy ricos.