Restaurante Tamarindo

Fuimos a cenar con amigos. El sitio es un mexicano un tanto atípico con menos decoración y con platos de cocina fusión. El personal es muy amable y eficiente aunque el local esté abarrotado. Los nachos no nos gustaron mucho, eran muy gruesos y duros. Además pedimos dos raciones para 7 y nos las pusieron juntas con la incomodidad que ello conlleva para andar cogiendo todos de la misma bandeja. Nos pareció escaso para ser dos raciones y el guacamole que pedimos para acompañar no llegaba ni para la mitad de los nachos. El resto de los platos estaban buenos tanto los tacos, como los burritos y en mi caso pedí los tamales, los cuales me gustaron mucho a pesar de que la combinación de mole picante con chocolate no es para todos. Las raciones en general son escasas, sobre todo los tacos de cochinita pibil. Todos estábamos de acuerdo en que no nos importaría pagar un par de euros más por platos más grandes. Los postres en cambio son bastante grandes y la capirotada es excepcional. Muy ricos también los margaritas. Todo es 100% sin gluten y el resto de los alérgenos están bien indicados. Opciones vegetarianas también

Realmente no puedo opinar 100% porque nunca había pisado un mexicano en la vida, pero definitivamente esos sabores no son para mí. Comí los tacos de camarones, pero camarones no llevaban, eran gambas. Llevaban tanta cantidad que era prácticamente imposible comerlos sin enguarrarse completamente las manos y la salsa era demasiado fuerte para mí. El toque de piña me pareció un contraste refrescante y que permitía que la salsa se hiciese un poco menos fuerte, pero lo dicho, no es para mí ese tipo de sabores. Le pongo un 4 también porque, para lo que comimos, me parece caro. Sin embargo, la atención del camarero fue inmejorable y el ambiente era súper agradable y tranquilo. Para aquellos que les guste la comida mexicana, seguro les ha de gustar el sitio, pero para mí no es, lo siento.